Revista Nº48 "ENSAYO"

 

RESUMEN

En su Ateneo Guipuzcoano (Una Historia Cultural de San Sebastián) el escritor Javier Mina  (y actual presidente de la Institución) se hace eco de las dos conferencias dadas por el ilustre autor de Las Sonatas en la capital vasca.

 

ABSTRACT
In his Ateneo Guipuzcoano (A Cultural History of San Sebastián) the writer Javier Mina (and current president of the Institution) echoes the two conferences given by the illustrious author of Las Sonatas in the Basque capital.

 

IÑAKI VAZQUEZ LARREA[1]

 

VALLE INCLÁN Y EL ATENEO GUIPUZCOANO:

En su Ateneo Guipuzcoano (Una Historia Cultural de San Sebastián) el escritor Javier Mina  (y actual presidente de la Institución) se hace eco de las dos conferencias dadas por el ilustre autor de Las Sonatas en la capital vasca.

La primera, Impresiones de Italia, data del 28 de noviembre de 1933. Y de ella, da cuenta Prensa (La Voz de Guipúzcoa) al día siguiente, bajo la rúbrica “Tribunas donostiarras. Palabras del señor Valle Inclán en el Ateneo Guipuzcoano”.

La reseña de la prensa donostiarra, nos dice lo siguiente;

A las siete y cuarto de la tarde, ocupó ayer la tribuna del Ateneo Guipuzcoano, don Ramón del Valle- Inclán. El público rebosaba de la sala de actos, y se desparramaba por otras dependencias de la Casa de Cultura donostiarra. Altavoces dispuestos hábilmente, iban difundir la palabra del señor Valle-Inclán por los diversas dependencias de la Casa.

Con el señor Valle- Inclán ocuparon el estrado don Ignacio Usandizaga, presidente del Ateneo y otros miembros de la Junta del Ateneo.

 El señor Usandizaga explicó al público que el señor Valle-Inclán no se proponía disertar sobre un tema decidido. El huésped del Ateneo Guipuzcoano iba a replicar a las preguntas que le hicieron los auditores, fórmula tribunicia adoptada por Marinetti, Bragaglia, Gómez de la Serna, Shaw, en diversas ocasiones. Para ordenar las preguntas y respuestas, el presidente del Ateneo esperaba de todos, la colaboración adecuada. Comenzó el señor Usandizaga a formular preguntas y planteó, primeramente ante el señor Valle- Inclán la que se refería a la Academia Española de Bellas Artes en Roma, fecha de su fundación, labor y futuro.

El señor Valle- Inclán replicó del siguiente modo; “Desde el tiempo de los Reyes Católicos, acuden a Roma artistas españoles. Berruguete, uno de estos artistas expresa claramente la influencia que sobre él ejerció Donatello. Los dos viajes de Diego de Velázquez a Roma, se notan, claramente en su obra y ya han sido mencionados. Ahora bien, los jóvenes artistas, los adolescentes en el arte; no obtienen en Roma el fruto apetecido. Yo creo que  a la capital de Italia deben ir los artistas ya cuajados y no los artistas en agras. El fundador de la Academia, Emilio Castelar, ministro de Estado de la Primera República, quiso recompensar los méritos de los artistas y a este espíritu responden los estatutos fundacionales.”

“ La aspiración castelarisna, parece ser la que vayan a Roma, los pensadores que reúnan méritos estéticos, para de este modo, lograr que el nivel de nuestra Academia llegue al de la alemana, también residente en Roma.”.

 Al llegar a este punto el señor Valle Inclán inicia una digresión, para señalar que, actualmente, en Roma, las excavaciones alcanzan un momento de apogeo.

 “Las investigaciones arqueológicas se realizan en varios lugares además de Pompeya. Singularmente en Herculano, pero ya las cosas no se llevan a los muesos. Las cosas extrañas quedan donde estaban. En Herculano, la labor de los excavadores e investigadores, adquiere proporciones magníficas.

“También hay excavaciones, que no atienden, puramente al interés arqueológico. Por ejemplo, los que reconstruyen la vía magna de Roma a Ostia, el puerto romano. De Ostia es donde partieron las naves romanas, dirigidas, militarmente por Escipión, para luchar contra Aníbal, el cartaginés y dominarle. Los italianos al reconstruir esa vía magna, piensan que por la calzada pasaron las tropas que decidieron el porvenir de Europa, durante la Edad Antigua”.

 Se refiere el señor Valle- Inclán al sentido que privó en España durante mucho tiempo a la Edad Antigua y afirma que había. “Un sentido romano, encarnado en Santiago de Compostela, y otro africano, representado en Sevilla o en Toledo. Los españoles tenían dos breviarios para rezar: el gótico y el romano. El primero era heterodoxo, según el dictamen de Roma. “

 Pero al fin, después de vicisitudes que el señor Valle- Inclán expuso, “dominó el breviario romano. Se obtuvo, según los deseos de Roma la unidad en el rezo”. Expone cómo los Reyes Católicos crearon el convento de San Pietro in Monitorio- que es el edificio ocupado por la Academia de Bellas Artes española, en Roma- que siguió siendo del dominio español hasta que la reina gobernadora, madre de Isabel II, lo cedió a la Iglesia romana.

 Pero como las sesiones de esta índole-según dijo el señor Valle- Inclán-requieren cien años de transcurso, llegó la República del 73 y Castelar negoció la reversión del convenio en España. Esta reversión acababa de fraguarse. La unidad italiana y el Vaticano se obtuvo a condición de que el antiguo convento se destinara a la Escuela de Bellas Artes. Y en 1873 se creo la primera Academia. La Restauración de Sagunto impidió que los deseos de Castelar prosperaran, por el momento; y hasta 1884 no hubo pensionados en Roma.

“A la sombra de la Academia ha mediado en Roma un vivo interés por los pintores españoles. Entre los más estimados figuran Velázquez y Rosales. El “ Retrato de Doria”, y alguna obra de Rosales, son considerados en Roma como obras maestras…Yo creo que la Junta de Relaciones Culturales- mejor, quizá, que el Gobierno de la República- debe modificar la concesión de pensiones para la Academia de Bellas Artes en Roma,  a tono con los propósitos iniciales de la fundación…”

 Después de la anterior respuesta del señor Valle- Inclán, fue el presidente Usandizaga- quien requirió con resultado negativo a los auditores para que formularan preguntas a aquél, le interrogó, nuevamente acerca de la emoción que había sentido en Italia con el contacto directo del fenómeno político fascista.

 El Sr Valle- Inclán replicó: “En España creen que el fascismo es “aceite de ricino”. Hoy no lo es. Acaso lo fuera en el principio. Yo sentí una gran emoción cuando pasé por la vía Imperio. He de advertir que las ruinas de Roma, no son bellas. Sí son evocadoras. Ví cuatro estatuas en bronce, reproducción de otras que están en el Museo de Nápoles.                     

 Eran las estatuas de cuatro hombres de la Roma antigua: Julio Cesar, Octavio Augusto, Trajano y Nerva. Mi emoción se suavizó al ver la estatua de un emperador español. Trajano, y de otro elegido por las legiones hispánicas, Nerva. Esto habla en favor de la universalidad de Roma. Esto es Roma universal”.

“Y con lo universal de Roma hablan también esta estatura de la catolicidad, cosa que no existía en los primeros siglos de cristianismo, cosa que es consustancial con la idea política romana. Ese sentido universal de Roma podría dar una idea de Aristide Briand: Los Estados Unidos de Europa, pero con capitalidad en Roma”.

“He de decir-continuó- que el fascio está lleno de literatura y de tradición. Lucrecio influye directamente sobre el fascio. Al lado de las ceremonias del fascismo, las del Vaticano resultan pobres. Así, cuando el Vaticano celebra el Jubileo del Año Santo, Mussolini decreta la celebración del Natale romano. Cuando se canoniza a la Teresilla de Lisieux, Mussolini ordena la conmemoración de la Flesia del Trigo. Cuando se hace otra canonización, el fascio la Fiesta de la Uva. Y es que el fascio comprende que no puede haber dos imperios simultáneos. Y sabe que ahora toca a Roma el imperio político. Por esto, las ceremonias del Vaticano, son pobres y deslucidas, al lado de los fascistas”.

“Claro que hay algún sector de oposición que no está con Mussolini y que también está henchido de tradicionalismo. Ahí está el grupo de Benedetto Croce y los suyos que postula que la actual Italia no es la gran Italia y que ésta, la auténtica, es la del Renacimiento.  El fascio en España: sería la partida de la porra. España fue Imperio por casualidad, por herencia, España no tiene nada suyo, nada propio. Todo, lo que tiene en el interior y lo que llevó al exterior, incluso a América es romano.  Italia e Inglaterra han sido imperios, por propia voluntad, por propia creación”.

 Después de estas consideraciones, el señor Valle- Inclán hace otras, de índole estratégica afirmando que la vía marítima vence siempre a la vía interior. Escipión, que se embarcó, venció a Aníbal que actuaba en tierra. Napoleón fue vencido por Inglaterra, que también utilizó la vía marítima, mientras Napoleón  trazaba la más extensa línea interior de todos los tiempos desde Cádiz hasta Moscovia.

Mussolini-continuó el señor Valle- Inclán- ha enloquecido, ha enfebrecido al pueblo italiano y el pueblo no teme a los sacrificios en beneficio del porvenir”. Refiere una anécdota. Mussolini decretó que en quince años no podían elevarse los alquileres. Y a continuación dictó otra orden, gravando los bienes inmuebles urbanos de una manera avasalladora. Los caseros acudieron a quejarse al duce. Los caseros en Roma son los príncipes. Le dijeron que ya no se obtenía beneficio con los alquileres.

 “Eso se dice desde el tiempo de los Gracos, hace dos mil años”, repuso “el Duce” (y efectivamente, hace dos mil años, hubo un motín porque los inquilinos se negaban a pagar los arrendamientos). Cuando terminaba la entrevista, después de encarecer los caseros sus dificultades Mussolini dijo, finalmente:

Todo eso prueba que es necesario hacer sacrificios cuantiosos para pertenecer a un gran pueblo. Y así ocurre que la generación actual italiana se sacrifica por las generaciones del porvenir ¿ Ocurría lo mismo en España?. De lo contrario, el fascismo español, sería la partida de la porra”.

 Se le preguntó al señor Valle- Inclán cual es su pensamiento respecto al inmediato porvenir político de España, teniendo en cuenta la realidad circundante europea, que abunda en diversos regímenes, desde el constitucional liberal inglés, hasta el fascista, hitleriano y mussolinista.

En España- dijo el señor Valle-Inclán- todo es romano o tiene esencia de espíritu romano. Hay sí, influencias germánicas y árabes. También se nota una influencia enciclopédica y también la influencia del liberalismo inglés. Pero el régimen constitucional inglés adaptado a España, ha dado malos resultados. La imitación de lo francés ha sido `perniciosa,. Nos ha dado un Moratín… La imitación de Italia, nos dio del “Orlando furioso”, el “Quijote” …

“Creo que todos los españoles somos anarquistas. Hay que ver nuestra literatura. La picaresca, la del Siglo de Oro, entronizó al pícaro, al que vive fuera de la ley y de las buenas costumbres. La dramática actual la de Arniches y Muñoz Sera, entronizó, a su vez al “fresco”. El romance popular deifica al contrabandista y al bandido. ¡Que más! ¡Si hasta la literatura dramática del Siglo de Oro entroniza al “noédico de su honra” que se toma la justicia por su mano, fuera de la ley y de las buenas costumbres!

“España por su temperamento anarquista, ha dado individualidades. Pero no ha creado escuelas, Velázquez era solo, El Greco era solo, Cervantes era solo. En el teatro de la Cruz hace muchos lustros, representábase el drama en verso “Guzmán el Bueno” Una noche lo haría Romea. Otra, Valero. Decíase que ambos cómicos lo interpretaban de manera distinta”.

 Con entonación onomatopéyica, el señor Valle- Inclán estableció las diferencias de tono entre ambos sectores, en una escena y agregó,

 “Así resulta que cada español tiene preferencia por un sistema y quiere una manera distinta de gobierno”. Finalmente, el señor Valle- Inclán se refirió al viaje del aventurero Casanova a España, en el siglo XVIII y el auditorio escuchó la siguiente anécdota:

 “Acababa de tener lugar motín de las capas y de los sombreros del marqués de Esquilache. Pero  como  siempre hay motines, cuando llegó Casanova encontró  con un debate que había trascendido a la vía pública, provocado por un sastre francés, establecido en la calle de la Cruz, tradicional en ese oficio. El sastre francés hacía pantalones de “bragueta” a la moda de su país. En España se “llevaban” pantalones de “mandil” intervenía ya la Inquisición. Los sastres españoles, y algunos castizos, protestaban de la intrusión del francés.

“ Pero el Conde de Aranda, sutil gobernante dicto una disposición ordenando que los españoles usaran los pantalones que quisieran. Todos los españoles menos uno, el verdugo. Este tenía que usar pantalones de “bragueta”. Y aquello bastó para que la agitación popular cesara”.

“ Yo he recordado esta anécdota a algunos gobernantes de esta República, con los que me encuentro alguna vez. A Azaña, precisamente.  Así podría arreglarse la cuestión catalana. Podía disponerse que todos los españoles hablaran el idioma que les pareciera. Todos menos los comisionistas catalanes a los que se les obligaría a hablar catalán,. Así se resolvería la cuestión”.

“Creo que, a lo mejor, lo más conveniente es dejar al pueblo abandonado a su instinto. Cuando yo iba por los Andes, en jornadas de tempestad de nieve, los guías desorientados dejaban a la mulilla, después de atizarla con un latigazo, que buscara el camino. La mulilla lo encontraba. Los políticos podían dejar al país en libertad para que para que, como las mulillas de los Andes, buscara su propia ruta”.

Con estas palabras terminó el señor Valle- Inclán, que fue ovacionado con entusiasmo en distintos momentos y al final de su disertación.

   L a segunda conferencia, Divagaciones Literarias, no estuvo exenta de polémica, decía El Diario Vasco del 20 de febrero de 1935, al respecto: “Ayer en el Ateneo Guipuzcoano: Don Ramón María del Valle Inclán divagó .. y dio el mitin”.

Divagó por el campo de la Literatura, de la Historia y hasta saliéndose de él se fue por los cerros perdiendo en momento los estribos….

 Comenzó sus Divagaciones sentando el principio de que “España no ha conquistado nada” Y a este punto una oyente grita:

-          ¡Cómo que no!

Pero el conferenciante con prestancia y voz Júpiter, barbado y olímpico, replicó:

Solo un suspiro ignorante puede ocurrírsele que España han conquistado algo en Italia. No conquistó allí nada. Lo heredó. Sólo a un suspiro ignorante puede ocurrírsele que España ha conquistado algo en los Países Bajos. No conquistó allí nada. Lo heredó”.

 La protesta de una parte del público con indignados gritos de: “No hay derecho, no hay derecho…” frenó la ceceante carrerilla del orador, quien parecía llevar camino, en sus notariales aseveraciones de hurgar en las “ultimas voluntades y mandos piadosas” de griegos, fenicios y celtas.

 El conferenciante-restablecida la calma- continúa: “En América hubo una voluntad geográfica, y no conquistadora. No hubo voluntad conquistadora y por eso lo mejor de Norteamérica se lo llevaron los ingleses, y en sur también lo mejor, el Brasil, fue para Portugal. A España le quedó lo que nadie quería, lo que nadie podía querer por ser lo más difícil, la costa del Pacífico, que solamente tenía un interés geográfico”.

“En España no ha habido conquista, sino herencia, porque para tener la voluntad conquistadora es preciso una obediencia al poder regidor y en España no la ha habido y esto desde los orígenes, desde el Poema del Cid, que es la expresión acaso más viva y más interesada del alma nacional”.

“En él no existe lo maravilloso, no interviene lo sobrenatural. En todos los otros poemas contemporáneos si existe lo maravilloso”.

“Hay además otro poema anterior en el que tampoco interviene lo sobrenatural. Es un poema de la latinidad, “La Farsalia de Lucano”- un español- en uno y otro se canta al héroe vencido.  En política se loa al vasallo vencido, ya por primera vez- en el poema del Cid- se hace la apología del vasallo que se coloca enfrente del rey, del Gobierno y de todo aquello a que se debía obedecer. Esto había de ser ya el módulo de la Literatura española”.

“Después ya bajando el héroe de categoría, es el bandolero, el pícaro. En un pueblo así no podía existir voluntad conquistadora porque es aceptación del que manda, y cuando se rebelan contra éste no puede aquélla existir. Las grandes épocas literarias españolas coinciden con las de mayor decadencia política.”

“ En tiempo de Enrique IV, a quien ahorran y queman en efigie, surge la arquitectura nacional, se escriben “ La Celestina” y las coplas de Jorge Manrique: en pintura aparece la figura de un Pedro Berruguete, y en escultura se labran el doncel de Sigúenza y esa maravilla que es la capilla del Condestable.”

“Con los Reyes Católicos se tuercen para siempre los destinos de España. Se acaba la grandeza tradicional de España. Un régimen fuerte sucedió aun débil y se impuso al pueblo una voluntad extranjera cuyas derivaciones persisten hasta nuestros días. Viene Carlos V con sus flamencos y pasamos en arte del plateresco nacional, al herrerianismo romano, y del lenguaje sencillo al lenguaje latinizado. Pero por encima de la voluntad imperial estaba el genio nacional de España, y como una reacción surge en Literatura la novela picaresca, cuyo tipo, el pícaro, tiene derivación en el “fresco” de las comedias actuales….”

Prosigue Valle-Inclán en disertación destacando la importancia que siempre ha tenido en España el individuo, la personalidad artística que identifica con la popularidad, para terminar diciendo:

Creo que el futuro de España tiene que asentarse en una capacidad ética de rejuvenecimiento y en una enorme expresión de individualismo. Y éste hemos de pensar que no ha de ser del hombre, sino el de cada una de las regiones. Lo más conveniente será dar a cada una libertad y una conciencia que salve los destinos nacionales “.

Así, con este “ galop” de mitin estatutista tan resabido ya por el público, dio fin a su Divagaciones, que durante unas horas envolvieron el espíritu de los ateneístas donostiarras con las exquisiteces de su palabra cautivadora.

Claro que esta última apreciaran tan “envolvente y espiritual” no lo hacemos nosotros sino quienes redactaron la nota anunciadora del autor de Las Sonatas.

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

Mina, J; EL Ateneo Guipuzcoano (una Historial Cultural de Sana Sebastián), Txertoa, San Sebastián, 2008.

La Voz de Guipuzcoa, “Tribunas donostiarras. Palabras del señor Valle- Inclán en en el Ateneo Guipuzcoano”, 29/11/ 1933.

El Diario Vasco, “Ayer en el Ateneo. Don Ramón María del Valle Inclán divagó..y dio el mitin”, 20/02/1935.

IÑAKI VÁZQUEZ LARREA.

 



[1] Profesor Asociado de Sociología, UPNA (Universidad Pública de Navarra)