Revista Nº41 "RESEÑA"

 

Reseña

En esta reseña, el autor toma las bases poéticas del recordado Gabriel Celaya, un visionario ultraísta de su tiempo, que observaba desde su poesía la realidad de su tiempo, donde fue republicano, luchó por la República en la Guerra Civil Española, y utilizó su prosa como un instrumento para mejorar el entendimiento humano.

Abstract


In this review, the author takes the poetic bases of the remembered Gabriel Celaya, an ultraist visionary of his time, who observed the reality of his time from his poetry, where he was a republican, fought for the Republic in the Spanish Civil War, and used his prose as an instrument to enhance human understanding.

 

 

GABRIEL CELAYA: ORÍGENES/HASTAPENAK

Por: IÑAKI VÁZQUEZ LARREA[1].

 

 

Hoy en día está muy de moda hablar de que el origen vasco está en una raza Cromagnon del Pirineo. Puede que esa fuera una de las vías de infiltración ibero-cretense como la Cultura de Almería fue otra. Pero ¡cuantas cosas deja eso sin explicar! Los vascos no somos una raza autóctona sino unos emigrantes (quizá otros semejantes a nosotros vinieron por el Mediterraneo hacia Levante) Y Creta es nuestra madre. La mía al menos: La de mi origen, mi sentir, mis mitos, y otras cosas que parecen incomprensibles pero que mi vida subterránea me muestra de un modo patente”

Gabriel Celaya, Poesía y Origen (1990)

 A mediados de la década de los ochenta, Gabriel Celaya reflexiona sobre los orígenes de la cultura vasca. En Cantata Minoica esboza una historia cultural que identifica lo vasco con la cultura cretense. Sus reflexiones trascienden lo histórico para adentrarse en el ámbito de la antropología simbólica. Para Celaya una cultura que se reclama autóctona es necesariamente guerrera; una cultura que en su origen se imagina emigrante se acerca al sentir pacífico.

En su poesía Obertura (Cantata Minoica) lo esboza de la siguiente forma:

Nosotros vascos, que fuimos un día expulsados

De nuestros focos cretenses  por las tribus aqueas

Belicosas y crueles que arrasaron los reinos

De la Gran Madre pacífica y sagrada

Para imponer su ley, su guerra y su dominio,

Seguimos recordando lo que fuimos un día,

Anteriores al mar que ahora llaman latino,

Nuestro mar, nuestro mar que sólo era cretense

Nuestro ser, nuestros cantos, nuestro sentir secreto

Son los mismos que un día fueron sin duda en Creta.

Cuando los vascos hablan ¿a qué suena su euskera?

Cuando cantan a coro todos sus orfeones

¿Quién desde el fondo sigue proclamando la patria pacífica y materna?

¿Quién sino siempre Creta?

Cuando los vascos luchan heridos, a lo ibero

Contra los invasores guerreros y brutales

¿Quiénes dicen que quieren vivir tranquilos siendo lo que siempre fueron?

Nosotros, los que odiamos la guerra y los grotescos y efímeros imperios.

 



[1] Profesor Asociado de Sociología, UPNA (Universidad Pública de Navarra)