Revista Nº36 "TEORÍA POLÍTICA E HISTORIA"

 

La dirección política de la sociedad en la transición socialista cubana ¿campo de la Ciencia Política?

Autor: Dr. C. Camilo Rodríguez Noriega[1].

crn@espnl.co.cu

Resumen

El trabajo se inspira en la temprana observación-convocatoria de Fidel Castro acerca de que “...los conocimientos por adquirir, en muchas ocasiones son conocimientos por investigar”[2]. Desde las necesidades históricas que durante la transición socialista definen a la dirección política de la sociedad como una esfera general de actividad práctica social, el autor dialoga con la comprensión occidental de la misma. En ese curso revela argumentos del necesario carácter integrativo del saber que resulta necesario para el ejercicio consecuente de la dirección política de la sociedad en la transición socialista, llegando a sustentarla como un área del conocimiento científico cuyo objeto de estudio queda esbozado, evidenciando su inesquivable vocación transdisciplinar. En la argumentación de esas consideraciones el autor expone su punto de vista acerca de la pregunta contenida en el título.

 

ABSTRACT

This work is inspired on a sooner observation Fidel Castro made which was a sort of invitation at the same time: “…knowledge to acquire is knowledge to investigate in most times”. The historical needs during socialist transition have defined political direction of society as a practical social activity. The autor of this article dialogues with the occidental concept of society. He reveals reasons of integrative knowledge which becomes necessary to direct politically the society in socialist transition and sustains it as an transdisciplinar area of scientific knowledge. The autor expresses his view on the question of the title.

 

 

La dirección política de la sociedad como área de la actividad práctica social y del conocimiento científico[3] asume en Cuba el reclamo que respecto a la construcción socialista realizara Fidel en 1965, al expresar: “(...) es mucho lo que tenemos que aprender en todos esos campos y no hay nadie que nos lo pueda enseñar. (…) los conocimientos por adquirir, en muchas ocasiones son conocimientos por investigar”.[4] Asimismo, atiende la exigencia, planteada en fecha más reciente por Raúl: “Los empeños de diseminar ideas que niegan la vitalidad de los conceptos marxistas, leninistas y martianos, deberán contrarrestarse, entre otros medios, con una creativa conceptualización teórica del socialismo posible en las condiciones de Cuba, como única alternativa de igualdad y justicia para todos”.[5] Conceptualización que ha de incluir el reconocimiento de la dirección política de la sociedad como esfera específica de la actividad práctica social, cuya singularidad es menester captar en su relación de identidad y distintividad con sus equivalentes en otros tipos de sociedad, toda vez que se convierte en condición de sustentabilidad del proyecto socialista cubano.

El presente trabajo centra su objetivo en discernir sobre la naturaleza del conocimiento científico que concierne a la dirección política de la sociedad en la transición socialista a partir de las singularidades que la delimitan como esfera práctica de la actividad social[6].

En la literatura que piensa las sociedades organizadas políticamente dentro de un modelo capitalista occidental, la dirección política es entendida como “...aquella actividad de los poderes públicos encaminada a la determinación y el establecimiento tanto de los fines del conjunto de la actividad estatal como de los propios instrumentos necesarios para su logro”[7]. En ese orden se considera que: “Esta función de dirección política de la sociedad es una función creativa o innovadora que no es un monopolio ya que el Gobierno lo comparte con el poder legislativo en algunas ocasiones al que también le corresponde una actividad de orientación política.”[8] Instituciones y políticos se convierten aquí en palanca fundamental de esa función. El alcance del poder de función que se ostenta (ya sea institucional, grupal o individual) resulta pertinente a la función social del poder.

La comprensión de la actividad de dirección política de la sociedad en la transición socialista, de acuerdo con la experiencia cubana, dialoga críticamente con aquella visión occidental y asume la actualidad histórica de la siguiente consideración:

Las revoluciones burguesas del pasado necesitaban únicamente que las universidades le suministraran abogados, la mejor materia prima para la formación de sus líderes políticos, pero para la emancipación de la clase obrera se necesitarán, además, médicos, ingenieros, químicos, agrónomos y otros especialistas, ya que se trata de dominar la dirección tanto de la maquinaria política como de toda la producción social, y esto no se constituye con frases sonoras, sino con conocimientos firmes…[9]

Es en esa correlación dialéctica entre la necesidad de dominar tanto la “maquinaria política” (toda la institucionalidad que participa del movimiento político de la sociedad) como toda la producción social donde es menester situar el foco epistemológico para entender la especificidad de la dirección política en la transición socialista, en primer lugar como un ámbito práctico específico de la actividad social y, como consecuencia suya, de la producción del conocimiento científico necesario a esos fines. Es decir, por cuanto el devenir histórico-concreto se decide en parte nada desdeñable en el modo político de producción social es imprescindible el conocimiento científico para los procesos de dirección política que lo “moldean”.

No se trata solo de la dirección política como una función estatal. Cambia la función social del poder, encargado ahora de levantar políticamente el conjunto de una nueva sociedad y no de copar con un orden político un poder económico ya avanzado en las entrañas de la anterior. Como esfera práctica de actividad social, la actividad de dirección política tiene a su cargo posibilitar los procesos de cooperación social favorecidos por el predominio jurídico de la propiedad social de todo el pueblo, asomada como expresión de voluntad política, que es menester asentar estructuralmente.

La intensidad de la transformación a realizar llena de contenido social a la política y, como expresión suya, perfila a la relación dialéctica entre economía y política[10] como un conector de la nueva totalidad social que sintetiza la responsabilidad de los procesos de dirección con la acumulación socialista de carácter integral que se necesita como calidad de solución de la contradicción fundamental de la transición socialista[11].

Lo central es calar el ritmo posible del carácter transicional del establecimiento de una sociedad alternativa al capitalismo. Ya no se trata solo de la determinación y la precisión de los fines del conjunto de la actividad estatal, ni de su coordinación dentro de unos patrones previstos y previsibles desde los cuales elegir las “herramientas” que aseguren su realización. La orientación política a cargo de la dirección, para poder ser, debe saldar el escollo de la ignorancia acerca de las nuevas dinámicas sociales, lo que, como proceso dialéctico, se recrea históricamente.

Esos propósitos no son solo un asunto de los tradicionalmente llamados poderes públicos; involucran de múltiples maneras a toda la sociedad desde el fragor de la heroica creación histórica que está siendo, enfrascada también en extraer sus instituciones de los “nuevos” estados históricos de la práctica social. Las consecuencias de esos actos se propagan a través de las relaciones políticas hacia el conjunto de las relaciones sociales.

Los procesos de dirección politica internalizan un complejo devenir histórico de construcción de un sujeto de poder con carácter colectivo masivo (el pueblo), quien deberá aprender a valerse de las instituciones pero a no enajenarse en ellas, ni a través de los dirigentes y funcionarios que las habitan. La historia parece denotar esa formación del sujeto necesario como batalla eterna y, por tanto, siempre actual, muy ligada a la calidad de la práctica social. En su deber ser, su valor se verifica como pueblo organizado para nutrir un eje conexo de pensamiento, opinión, voto y acción transformadora, que tiene en los trabajadores su núcleo de sostén. De su concreción histórica pende no solo la reproducción del poder, sino la producción de sociedad como complejo proceso de negación dialéctica.

En consecuencia la actividad práctica social de dirección política aparece demandada tanto de forjar el oficio político a modo de fundir ciencia y arte de servir al pueblo[12] como de constituir a este (al pueblo) en la entidad política fundamental, partes ambos del sustento ontológico de la nueva sociedad en puja, reclamante de una nueva calidad cognitiva, ideológica, cultural y axiológica para -y desde- el extenso, activo y sistemático flujo práctico de interrelaciones entre dirigidos y dirigentes. Solo desde esas condiciones es posible superar prácticamente, de modo histórico, la contradicción que emana de la división social del trabajo en el ejercicio del poder político popular y asentar como tendencia la indispensable auto-determinación colectiva democrática de los propósitos políticos que orientan la gestión colectiva sistémica y sistemática del proceso de producción de las nuevas relaciones sociales. Empeño en el cual cuenta tanto la vanguardia como el pueblo en su conjunto.

La dirección política como esfera de actividad subraya imperativos de dirección intelectual y moral al servicio público, como condición determinante en la construcción de hegemonía político-cultural revolucionaria. La necesidad de que esta determinación cualitativa sea propiedad del mayor número posible de los involucrados -tanto dirigentes como dirigidos- se va convirtiendo en una exigencia social que pudiera parecer solo un esfuerzo por la expansión social de la vanguardia, pero que en realidad constituye la evidencia del proceso de forja del nuevo sujeto político necesario. La vida ha demostrado que es este un proceso raigalmente histórico-concreto y, por tanto, de renovación continua, que aprovecha el acumulado histórico pero no puede reproducirse solo desde el mismo. Todo esto plantea demandas particulares a la calidad del conocimiento necesario y de los métodos, mecanismos y medios por donde cursa el intercambio de actividad -y también de roles- entre dirigentes y dirigidos, cuyo reto continuo pasa por la inversión polar socialmente pertinente de la relación misma.

La dirección política de la sociedad en la transición socialista por el pueblo, como ámbito de la actividad práctica, puede entonces definirse como modo político socialmente condicionado de asegurar, de manera sostenida y jerarquizada, procesos de cooperación social en -y para- el ejercicio de poder popular, activado por la relación estratégica y táctica entre dirigentes y dirigidos en la proyección, coordinación, regulación, educación, valoración e impulso[13] -con carácter histórico-concreto- de la autodeterminación democrática y de la gestión popular colectiva masiva de los propósitos políticos compartidos de producción, progresivamente orgánica, de las nuevas relaciones sociales de carácter socialista.

A lo interno de esta actividad de dirección que concierne, por principio de la naturaleza clasista del poder a todo el pueblo, se coloca la labor especializada de dirección política de la sociedad. Se entiende pot tal el proceso de ejecución de la misión específica que, en el marco de la actividad general de dirección política de la sociedad a cargo del pueblo, desempeñan las organizaciones, instituciones, cuadros y funcionarios ocupados de manera regular de gestionar políticamente la satisfacción de las necesidades de la construcción socialista a través de diversos métodos, mecanismos y medios de dirección, motivando el involucramiento del resto del pueblo, auxiliados por recursos básicos necesarios de diferentes tipos y asentados en una formación ideológica revolucionaria y en una cultura tecnológico-organizativa pertinente, adquirida en la práctica cotidiana y a través de diferentes vías de capacitación y superación.

La teorizada y evidenciada naturaleza política de la transición socialista hace de la actividad política -y de la de dirección política en particular- un asunto que concierne a toda la sociedad y a la calidad del movimiento histórico de esta como una responsabilidad que, en su integridad, le compete, al menos en tanto “vaso comunicante”, del conjunto de relaciones sociales.

A la dirección política como esfera práctica de actividad social le compete el ordenamiento interesado de la sociedad, pues nada le es ajeno desde la perspectiva del contenido y las formas que la definen. Al mismo tiempo, lo que sucede en cualquier ámbito de la sociedad probablemente adquiera significado mediato o inmediato para esta esfera, en la medida que afecte, de una u otra forma, el orden, la estabilidad y la creación social que la actividad de dirección política de la sociedad procura. De lo que se trata, en suma, es de articular el esfuerzo conjunto por parir nuevas relaciones sociales, para lo que es menester gestar hombres y pueblo nuevo que doten de una calidad humana diferente a la propia actividad política y se trasmute en su singularidad como unidad nacional sostenida por la mayoría.

Las funciones que adquiere la actividad de dirección política de la sociedad incluyen pero rebasan al Estado y se comprometen, ante todo con el acceso colectivo e individual al bienestar material y espiritual históricamente posible como a la formación de un hombre y pueblo nuevo que ha de emerger de la capacidad liberadora de su faena político-social colectiva. De ahí la calidad diversa de reguladores sociales a la que está sometida la actividad de dirección política, inagotables con los de carácter jurídico, ni siquiera con los de naturaleza ética si estos suponen una visión restringida de la política o una ideología enclaustrada, de estrechos límites clasistas que atenten contra la composición misma del sujeto necesario.

De manera que para dotar de contenido histórico emancipador a esa esfera de actividad práctica se necesita de un saber práctico y científico integral e integrador, indispensable para su funcionamiento más o menos orgánico, ahora solo posible desde una dinámica que se impone diferente entre una sociedad civil en transición y una sociedad política también transicional, las que deben agenciarse su pertinente identidad y distintividad histórica, tanto en su propia elementaridad como en su indispensable relación.

Lo establecido históricamente aparece, cuando menos de modo relativo, como objeto para la ruptura revolucionaria, en el que es menester hurgar para asir los nuevos “establecimientos” societales, cuya permanencia se trastoca, durante mucho tiempo, en el imperativo permanente de búsqueda que es la revolución misma. Es la compleja dialéctica entre el cambio y la conservación revolucionaria, que se convierte en ocupación indagotaria de la actividad de dirección política de la sociedad, compelida a romper cualquier osificación esquemática de fómulas políticas y de sentidos jerarquizadores en la correlación entre dirigentes (que también han de ser dirigidos) y dirigidos (que también han de dirigir).

La propia gestión de saber deviene un asunto de interés y ocupación pública y, por tanto, de competencia para la actividad de dirección política de la sociedad. El conocimiento de las múltiples dinámicas sociales, desde cuya integración emana el rostro histórico-concreto de los estados de la práctica social y se puja la nueva sociedad (al tiempo que denota la calidad de su génesis y desarrollo) se convierte en demanda de autogestión de la responsabilidad a cargo de la dirección política de la sociedad.

Las claves de dicha responsabilidad social no pueden inferirse solo de un modo instrumental desde las necesidades, inquietudes y contradicciones que brotan de los estados vigentes del comportamiento político social. Es menester develar la sustantividad societal de las relaciones políticas sintetizadas en el comportamiento político existente tanto como en aquel que se hace necesario para nutrir ese proceso de permanente re-definicion del contenido y forma de dirección, el que, aún en su historicidad no puede dejar de comprometerse con la totalidad del cambio social y va hacia él. Proceso que llega hasta hacer de la experimentación de alcance social diverso una responsabilidad de dirección política.

Ninguna ciencia particular puede proveer por sí misma, de manera suficiente, la producción específica de saber que se necesita para esas faenas; ni aún la Ciencia Política de Enfoque Sur, tan necesaria, pues no es solo un asunto del modo político de comportarse ante determinadas necesidades, problemas e inquietudes políticas de las mayorías[14].

Así, del reconocimiento de la dirección política como una esfera práctica de la actividad social emerge la demanda de una particular relación histórica entre las ciencias sociales y la política revolucionaria al tiempo que acuna una matriz de necesidad cognitivo-científica conformadora de un objeto de conocimiento científico singular. En consecuencia, se va determinando a la dirección política de la sociedad también como área del conocimiento científico, orientada a sistematizar y producir saber relacionado con ese segmento complejo de la actividad social. Es menester tanto un nivel de organización e integración de la producción científica disciplinar diversa que tributa a esta área como la construcción de una perspectiva epistemológica de vocación transdisciplinar propia, para la teorización necesaria y la elaboración de propuestas dirigidas a la consolidación, rectificación y superación dialéctica de las experiencias prácticas de dirección política.

Como área del conocimiento científico, la Dirección Política de la Sociedad en Transición Socialista define su objeto de estudio en las relaciones dialécticas histórico-concretas, lineales y no lineales, que transcurren en la actividad práctica general de dirección política de la sociedad por el pueblo entre: a) el flujo de condiciones sociales existentes, b) los propósitos políticos que nutren  la  actividad  práctica de  dirección política de la sociedad en sus diferentes  niveles  y c) los medios, mecanismos y métodos a través de las cuales se posibilitan tanto la auto-determinación democrática de aquellos propósitos políticos como la gestión eficaz de dirección que le ofrecen curso práctico, conforme a las funciones sociales de esta esfera general de actividad práctica[15].

La importancia práctica de esta área del conocimiento radica en su contribución a enriquecer la asimilación orgánica y coherente del conocimiento científico para estos fines, desde su empeño por rebasar el aporte fragmentado que respecto a esta esfera de actividad social proviene de cada una de las disciplinas científicas, lo que entorpece, entre otros factores, su asimilación orgánica y coherente por los involucrados (dirigentes-dirigidos) a causa de la insuficiente integración científica (organizada y sistemática) de la apropiación y producción de los saberes que le conciernen. En síntesis, su finalidad es la comprensión integral de la dirección política de la sociedad desde el objeto de estudio del área, en sus complejidades y contradicciones, una de cuyas exigencias es la unidad del conocimiento en aras de una visión de totalidad del objeto.

El carácter científico de dichos desarrollos cognitivos beneficia el enriquecimiento de la teoría sobre la construcción socialista y conforma un espacio singular en el ambiente académico cubano que debe desempeñar un papel cada vez más activo en la articulación entre ciencia y política en el ámbito que le compete

El desarrollo de la Dirección Política de la Sociedad como área del conocimiento científico de vocación trasdisciplinar ha de tomar en cuenta la historia de su propia delimitación como necesidad histórica y las nuevas demandas cognitivas que la actualidad le reclama objetivamente, a fin de consolidar una base epistemológica propia, que ninguna ciencia particular puede proveer por sí misma de manera suficiente.

El objeto de estudio definido sintetiza relaciones que confluyen en los procesos de dirección política en los que, a partir de los objetivos del proyecto político asumido, se proyecta, regula, coordina, impulsa, valora y retroalimenta la dinámica de los procesos sociales. Integra creadoramente saberes de diferentes disciplinas para explicar y pronosticar el devenir del accionar de los sujetos políticos con la pretensión de un criterio posible de totalidad social y promueve investigaciones, intra, multi y transdisciplinares que generan nuevos conocimientos científicos y propuestas alternativas para la innovación social en esta área.

La singularidad y distintividad de esta área de actividad social en Cuba ha generado una fértil producción de saber, predominantemente empírico, documentado o no, que está exigiendo el desarrollo de una base de conocimiento científico-social organizada y accesible, que integre y supere lo ya alcanzado para contribuir a solucionar las problemáticas de su contexto y desarrollarse teóricamente.

Ese saber se expresa mediante un “sistema” conceptual que articula lo aportado por otras ciencias sociales y los resultados que emergen de sus propias búsquedas en ligazón con las necesidades políticas. Resulta necesario para explicar y pronosticar el conjunto de relaciones e interrelaciones de esta actividad, en correspondencia con los estados de práctica y de su propio desarrollo teórico.

Dentro de esos referentes conceptuales fundamentales se precisan: actividad práctica general dirección política de la sociedad por el pueblo en la transición socialista; función de dirección política de la sociedad por el sistema político; disfunción de la actividad dirección política de la sociedad por el sistema político; unidad y diversidad de los procesos de dirección política en relación a los diferentes ámbitos de la vida social; institucionalidad de la actividad de dirección política de la sociedad; relaciones de la institucionalidad política con instituciones no políticas en los procesos de dirección política de la sociedad; carácter condicionado de los procesos de dirección política de la sociedad; autodeterminación democrática en los procesos de dirección política de la sociedad; proceso de gestión colectiva de los destinos comunes como calidad determinante de la actividad de dirección política de la sociedad; calidad integral de la interrelación dirigidos-dirigentes; roles diferenciados y complementarios de los actores de los procesos de dirección política; métodos de dirección política de la sociedad; mecanismos de dirección política de la sociedad; medios de dirección política de la sociedad; proyección de dirección política de la sociedad; regulación de dirección política de la sociedad; coordinación de dirección política de la sociedad; impulso social de dirección política de la sociedad; valoración de dirección política de la sociedad; eficacia política de la actividad de dirección política de la sociedad; eficacia funcional-estructural de la actividad de dirección política de la sociedad, etc.

El núcleo vigente y actual de las bases teórico–metodológicas de desarrollo del área del conocimiento en Cuba se  encuentra en[16]:

·                    El legado teórico y político del marxismo y del leninismo fundacional, sustentado en el nexo dialéctico entre teoría y práctica revolucionaria.

·                    El pensamiento revolucionario cubano, sintetizado en el legado de José Martí y Fidel Castro Ruz.

·                    Las producciones científicas particulares y filosóficas universales y nacionales afines al área del conocimiento.

·                    La interpretación filosófica y científica de las experiencias universales del desarrollo de la dirección política de la sociedad  en la construcción socialista.

·                    La aprehensión teórica y política de las experiencias prácticas de dirección política de la sociedad  cubana y su perspectiva desarrolladora y propositiva para la continuidad de la transición socialista en Cuba.

·                    La dimensión cultural de los procesos de dirección política de la sociedad  aprehendidos desde la dialéctica entre lo universal y lo nacional.

·                    La conceptualización del modelo económico y social de desarrollo socialista cubano.

De la necesidad de continuar generando y socializando cultura de base científica que connote nexos esenciales, lineales y no lineales, se identifican los intereses cognitivos siguientes: 

1.- Los fundamentos culturales, científicos, axiológicos e ideológicos de la dirección política de la sociedad cubana.

2.- Las contradicciones y complejidades histórico-concretas propias de estos procesos.

3.- La evaluación y promoción de la eficacia funcional de las atribuciones y relaciones complementarias y diferenciadas de los actores políticos en la gestión democrática colectiva de dirección política.

4.-La atención a los problemas actuales de la educación política, ideológica y cultural general para la dirección política de la sociedad cubana

Conclusiones:

a) La delimitación de la Dirección Política de la Sociedad como área del conocimiento científico obedece a un ejercicio hermenéutico sobre la actividad social propia de la transición socialista cubana desde el prisma CTS.

b) Su definición como área del conocimiento científico se fundamenta en:

·         Su conformación objetiva primaria como una esfera de la actividad práctica social.

·         La existencia de antecedentes históricos que tributan a su demarcación.

·         La necesidad de consolidar la relación entre el conocimiento científico integrado e integrador y la dirección política de la sociedad en transición socialista, subrayando la exigencia del diálogo de los objetos de estudio de las diferentes disciplinas de las ciencias sociales con el objeto de esta área del conocimiento científico y, por su vía, de profundizar la producción de un saber científico transdisciplinar que consolide su identidad académica y la sustantividad integradora de su aporte respecto al objeto de practica que lo demanda.

c) Aún en sus manifiestas carencias de conocimientos aportables por la Ciencia Política, la práctica de dirección política en la transición socialista cubana está necesitada de un saber científico cuyo objeto considere, pero trascienda, el de la Ciencia Política de Enfoque Sur. No obstante, parece incuestionable que la palpable sustantividad política del saber propio de esta disciplina actúa como nodo articulador entre el conjunto de conocimientos científico-sociales y las necesidades de comportamiento político que emanan del estado histórico de la sociedad para el ejercicio de dirección política.

Bibliografía básica.

Castro Fidel. Discurso pronunciado en la Plaza de la ciudad de Camagüey” Disponible en: URL:   http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/index/html/1959/, 4 de enero de 1959; p. 12)

________. Discurso pronunciado en el acto de graduación de 90 estomatólogos, celebrado en el teatro "Chaplin", el 18 de junio de 1965, Disponible en: URL: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/index/html/1965.

Castro Ruz Raúl. Discurso del General de Ejército, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de estado y de Ministros, en el acto de conmemoración del 55 Aniversario del triunfo de la Revolución, Santiago de Cuba, el 1ro de enero de 2014. En: URL: http://www.cubadebate.cu.

Fung Thalía (coordinadora del colectivo deautores). Programa de Doctorado Curricular Colaborativo en Ciencias Políticas. Versión digital facilitada por la Dirección de su Comité Doctoral 

Giménez Sánchez, Isabel M . Indirizzo politico, dirección política de la sociedad, impulso político:  el papel del parlamento. Giménez Sánchez, Isabel M. Editor: Dykinson; Universidad Autónoma de Madrid, 2008. Consultado en:  URI: http://hdl.handle.net/10486/8938.

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Marx C., Engels F. y Lenin V. I. La sociedad comunista.  La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1985.p.36. El subrayado es del autor del presente trabajo.

Lenin, VI. Política y economía. Dialéctica y eclecticismo. En: Una vez más sobre los sindicatos, el momento actual y los errores de los camaradas Trostky y Bujarin, Obras Escogidas en 3 tomos, tomo 3. Moscú, URSS; Editorial Progreso, 1978; pp.546-553.

 (Lenin, V.I. La economía y la política
de la dictadura del proletariado. Obras Escogidas en 3 tomos, tomo 3. Moscú: Editorial Progreso; s/f; p.289)

Rodríguez Noriega, Camilo (coordinador del colectivo de autores). Programa de Formación Doctoral en Dirección Política de la Sociedad, auspiciado por la Escuela Superior del PCC “Ñico López”, de cuyo Comité de Doctorado el autor es su Coordinador. Por tanto, la presente exposición aprovecha también el resultado del debate de ideas sostenido en ese en ese órgano.

____________. Nociones sobre algunos términos propios del área del conocimiento Dirección Política de la Sociedad (en transición socialista cubana), versión M.1. La Habana: Archivo del Comité de Doctorado, Escuela Superior del PCC “Ñico López”, 2018.

 

 



[1]           Doctor en Ciencias Filosóficas. Profesor Titular de Filosofía de la Escuela Superior del PCC “Ñico López”. Coordinador del Programa deDoctorado “Dirección Políticade la Sociedad”

[2]           Castro Fidel. Discurso pronunciado en el acto de graduación de 90 estomatólogos, celebrado en el teatro "Chaplin", el 18 de junio de 1965, Disponible en: URL: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/index/html/1965.

[3]           Se entiende por área del conocimiento científico el segmento complejo del conocimiento científico que acumula suficiente información, experiencia, métodos y recursos que le permiten un desarrollo epistemológico e investigativo, sustentado por una actividad teórico-práctica, singularidad, distintividad, conocimiento tangible, organizado y accesible, que solucione las problemáticas de su contexto y que sea sistematizada por una institución autorizada (definición elaborada por el Comité de Doctorado del Programa de Formación Doctoral en Dirección Política de la Sociedad, Escuela Superior del PCC “Ñico López”, La Habana, Cuba).

[4]           Castro Fidel. Discurso pronunciado en el acto de graduación de 90 estomatólogos, celebrado en el teatro "Chaplin", el 18 de junio de 1965, Disponible en: URL: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/index/html/1965.

[5]           Castro Ruz Raúl. Discurso del General de Ejército, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de estado y de Ministros, en el acto de conmemoración del 55 Aniversario del triunfo de la Revolución, Santiago de Cuba, el 1ro de enero de 2014. En: URL: http://www.cubadebate.cu.

[6]           Parte de las formulaciones que se realizan en el presente trabajo aparecen en el Programa de Formación Doctoral en Dirección Política de la Sociedad, auspiciado por la Escuela Superior del PCC “Ñico López”, de cuyo Comité de Doctorado el autor es su Coordinador. Por tanto, la presente exposición aprovecha también el resultado del debate de ideas sostenido en ese en ese órgano.

[7]           Giménez Sánchez, Isabel M . Indirizzo politico, dirección política de la sociedad, impulso político:  el papel del parlamento. Giménez Sánchez, Isabel M. Editor: Dykinson; Universidad Autónoma de Madrid, 2008. Consultado en:  URI: http://hdl.handle.net/10486/8938.

[8]           Tomado de: Apuntes de Derecho Constitucional recopilados por Javier García de Tiedra González, basados en las lecciones magistrales de Antonio Troncoso Reigada, Catedrático acreditado de Derecho Constitucional, y Profesor Titular de la Universidad de Cádiz.

[9]           Marx C., Engels F. y Lenin V. I. La sociedad comunista.  La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1985.p.36. El subrayado es del autor del presente trabajo.

[10]    Ver: Lenin, VI. Política y economía. Dialéctica y eclecticismo. En: Una vez más sobre los sindicatos, el momento actual y los errores de los camaradas Trostky y Bujarin, Obras Escogidas en 3 tomos, tomo 3. Moscú, URSS; Editorial Progreso, 1978; pp.546-553.

[11]         Afirma Lenin: “Teóricamente, no cabe duda de que entre el capitalismo y el comunismo existe cierto período de transición. Este período no puede dejar de reunir los rasgos o las propiedades de ambas formaciones de la economía social, no puede dejar de ser un período de lucha entre el capitalismo agonizante y el comunismo naciente; o en otras palabras: entre el capitalismo vencido, pero no aniquilado, y el comunismo ya nacido, pero muy débil aún” (Lenin, V.I. La economía y la política
de la dictadura del proletariado. Obras Escogidas en 3 tomos, tomo 3. Moscú: Editorial Progreso; s/f; p.289)

[12]         Afirma Fidel: ”… la política además de ciencia es un arte” (Discurso pronunciado en la clausura del Primer Congreso del Instituto de Ciencia Animal”. Disponible en: URL: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/index/html/1969/,13 de mayo de 1969. Consultado 6 abril 2007; p14); “… la política comunitaria, al servicio de la colectividad; el arte de servir al pueblo…” (Castro Fidel. Discurso pronunciado en la Plaza de la ciudad de Camagüey” Disponible en: URL:   http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/index/html/1959/, 4 de enero de 1959; p. 12)

[13]         En criterio del autor estas son las funciones sociales de la dirección política como esfera de actividad práctica general en la transición socialista. Aún en su relación, no deben confundirse con las funciones asociadas al ciclo directivo a cargo de los habitualmente llamados dirigentes, las que entendidas, por las llamadas Ciencias de la Dirección, desde un enfoque científico-tecnológico de esos procesos.

[14]         En Cuba se desarrolla el Doctorado en Ciencias Políticas, auspiciado por la Universidad de La Habana y coordinado por la Doctora en Ciencias Thalia Fung Riveron. Este Programa ha sido concebido desde la perspectiva en construcción de la Ciencia Política de Enfoque Sur. Tiene entre sus objetivos el de “Formar doctores con una concepción nueva de la Ciencia Política, sobre la base  metodológica dialéctica y materialista del marxismo, del leninismo y la experiencia de  la Revolución Cubana, que en las diversas obras publicadas en nuestro país y en el  extranjero se cualifica como NUEVA CIENCIA POLITICA y que toma en cuenta las necesidades, los problemas, las inquietudes que surgen del comportamiento político  de la población mayoritaria del Sur político” (Programa de Doctorado Curricular Colaborativo en Ciencias Políticas. Versión digital facilitada por la Dirección de su Comité Doctoral  (las mayúsculas en la cita corresponden al original).

 

[15]         Rodríguez Noriega Camilo (coordinador del colectivo de autores). Nociones sobre algunos términos propios del área del conocimiento Dirección Política de la Sociedad (en transición socialista cubana), versión M.1. La Habana: Archivo del Comité de Doctorado, Escuela Superior del PCC “Ñico López”, 2018.

[16]         Tomado de Programa de Formación Doctoral en Dirección Política de la Sociedad. En: Archivos de la Vice-rectoría de Investigación y Postgrados de la Escuela Superior del PCC “Ñico López”, 2016.