Revista Nº30 "INSTITUCIONES Y PROCESOS GUBERNAMENTALES"

 

Resumen: Este trabajo analiza el surgimiento de los liderazgos populistas y protagónicos en el comienzo del siglo XXI, que tienen como finalidad terminar con la agenda neoliberal de la década del noventa. En el mismo se analizan las diferencias y similitudes entre los liderazgos neodecisionista del ex presidente Carlos Menem en comparación a los liderazgos de Néstor y Cristina Kirchner.

Summary: This work searchs to examine the emergence of populist leaders and leading roles at the beginning of the century, which has the end objective the neoliberal diary of the nineties. In the same  analyzed the differences and similarities between the leaderships neodecisionista of former President Carlos Menem compared to the leadership of Nestor and Cristina Kirchner discussed.

“Liderazgos confrontativos nacionalistas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández”

                                                 Por: Rocío Malén Rodríguez [1]

Introducción:

Este trabaja tiene importancia, para poder comprender cómo en Argentina con el inicio del siglo XXI, en un contexto de crisis socioeconómica y crisis política surgen nuevos liderazgos políticos caracterizados por el repudio a las reformas neoliberales, el intento por fortalecer el rol del Estado, establecer una distribución cabal de la riqueza, la lucha contra el imperialismo y la implementación de políticas sociales más inclusivas con respecto a los sectores más vulnerables.

El primer objetivo del siguiente trabajo  es verificar si el liderazgo político de Néstor Kirchner  y de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina presenta características de neodecisionismo con claros sesgos de populismo. El segundo objetico consiste en comparar y analizar las diferencias o similitudes en algunas políticas económicas  y sociales en relación al liderazgo presidencial de Carlos Menem.

Estos nuevos liderazgos políticos del siglo XXI, presentan ciertos rasgos del liderazgo neodecisionista, ya que se trataría de un liderazgo protagónico que asume la toma de decisiones de forma permanente, con el objetico de evitar acuerdos de tratados de libre comercio. A diferencia del neodecisionismo del Gobierno de Carlos Menem y de Alberto Fujimori, quienes llevaron a cabo una agenda económica neoliberal combinándola con políticas sociales clientelares para obtener el apoyo político de los sectores empresariales y, a su vez, de las clase media y de los sectores populares.

Es importante comprender los nuevos liderazgos del siglo XXI, porque lograron conformar su liderazgo protagónico con una base de poder constituida por el apoyo de la clase trabajadora, los sectores populares y minorías como los niños, jóvenes y mujeres. Este planteo nos llevará a la siguiente hipótesis de trabajo: “Los nuevos liderazgos del siglo XXI utilizarán la forma neodecisionista estado – céntrica y populista causando una ruptura con el paradigma neoliberal – neodecisionista de la década del 90 del siglo XX”

 

Las consecuencias de la Agenda Neoliberal.

En el caso de Argentina, bajo el gobierno de la Alianza, la situación económica era crítica, la estabilidad cambiaria no se podía mantener, la recesión económica, la caída de la actividad industrial, el corralito, el aumento del desempleo y la pobreza provocaron el estallido de las protestas sociales de los sectores populares, la clase trabajadora y más tarde la clase media. El repudio de la sociedad civil puso en jaque la legitimidad del gobierno de la Alianza, que nunca logró dar respuestas a las demandas sociales y económicas, como culminar con la corrupción y tras la profunda crisis del Plan de Convertibilidad no pudo estabilizar la economía, que el conjunto de la sociedad civil exigía.

Con la renuncia de Fernando de La Rúa, la lucha entre fracciones peronistas se libró primero por la designación del presidente que debía conducir la normalización institucional, y luego por la nominación de un candidato para las elecciones de 2003.(Sidicaro, 2011:p. 85)

Sin embargo, la crisis de representación y de legitimidad política  junto con las movilizaciones de diversas agrupaciones sociales, el descontento popular, el repudio de la clase trabajadora y la clase media hacia la devaluación, el desempleo, el corralito conformaron una profunda crisis social. El 26 de junio del 2002 se sucedió la Masacre de Avellaneda, diversas agrupaciones se movilizaron cortando los principales puentes de acceso a la ciudad de Buenos Aires, la respuesta del gobierno de Eduardo Duhalde fue la fuerte represión de la Policía Federal, la Policía de la provincia de Buenos Aires y Gendarmería contra el movimiento piquetero en el cual fueron brutalmente asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. El temor a una gran represión,  evocando los horrores de la pa­sada dictadura militar, abrió una gran herida en las organizaciones movili­zadas, que encontraría una acelerada confirmación en los sucesivos desalo­jos y represiones que caracterizaron el final del gobierno provisorio de Eduardo Duhalde (2002-2003). (Svampa, 2011:p.22)

Eduardo Duhalde hizo el llamado a las elecciones presidenciales, a  las cuales no se presentaría como posible candidato. Hacia el interior del partido justicialista le resultó difícil de encontrar un posible candidato que compitiera con el ex presidente Carlos Menem. Luego de que diversos gobernadores se bajaran de la candidatura presidencial como Felipe Solá (gobernador de la provincia de Buenos Aires), Carlos Reutemann (gobernador de la provincia de Santa Fe) y José Manuel de la Sota (gobernador de la provincia de Córdoba), se presentaban a tres dirigentes del partido justicialista: Adolfo Rodríguez Saá, Carlos Menem y Néstor Kirchner quien era el gobernador de la provincia de Santa Cruz, contaba con el respaldo político de Eduardo Duhalde.

En las elecciones del 27 de abril del 2003, el Frente para la Victoria de Néstor Kirchner obtuvo un 21,99% de los votos, resultando superado por la Alianza Frente por la Lealtad-UCD de Carlos Menem, que obtuvo el 24,30% permitiéndole este resultado la posibilidad de disputar el ballotage que debía llevarse a cabo el domingo 18 de mayo.(Baldioli y Leiras,2012: pag.236) Dado que no superaban el 40% de los votos debían competir en segunda vuelta, sin embargo el 14 de mayo el ex presidente Carlos Menem presenta su renuncia a la primera magistratura. Las encuestas no lo favorecían más bien los sondeos presentaban resultados positivos al candidato opositor, por este motivo Néstor Kirchner asume la presidencia el 25 de mayo del 2003 y mantuvo en el cargo de Ministro de Economía a Roberto Lavagna.

En contraste con Eduardo Duhalde y su fórmula «default más represión», Néstor Kirchner, el presidente ines­perado, propuso una fórmula via­ble y atractiva que combinaba el re­ciente progresismo latinoamericano con apelaciones tradicionales (prag­matismo político, concentración de poder, subordinación de los actores al líder, entre otros), en un contexto económico favorable. (Svampa, 2011: p.32)

El gobierno de Néstor Kirchner.

Néstor Kirchner, a diferencia del ex presidente Carlos Menem, se propuso mejorar la situación social y económica rechazando las políticas neoliberales y afirmando el nacionalismo. Un claro ejemplo de ello fue el repudio al ALCA  (Área de Libre Comercio de las Américas.) que fue un proyecto de los EE.UU. en la Conferencia de Mar del Plata. La política internacional del presidente afirmaba la soberanía nacional propia de la doctrina justicialista. Como muestras de independencia en política internacional, las visitas al país de Fidel Castro y de Hugo Chávez tuvieron un alto valor simbólico. La decisión oficial de recuperar el control de ciertas actividades privatizadas y el congelamiento de tarifas de los servicios o los bienes provistos por empresas de capital global generaron tensiones que mostraron la resolución de encaminar la política por una nueva vía distante del neoliberalismo. (Sidicaro, 2011: p.88)

Néstor Kirchner en su discurso de asunción como presidente manifestaba:

El Mercosur y la integración latinoamericana deben ser parte de un verdadero proyecto político regional. Nuestra alianza estratégica con el Mercosur, que debe profundizarse hacia otros aspectos institucionales que deben acompañar la integración económica, y ampliarse abarcando a nuevos miembros latinoamericanos, se ubicará entre los primeros puntos de nuestra agenda regional. [2]

Con otro panorama político, en 2003, durante el gobierno del Presidente Néstor Kirchner, se renovó la Corte Suprema de Justicia con la renuncia de dos de sus miembros (que así eludieron el juicio político) y la destitución por juicio político a un tercero. (Calcagno y Calcagno, 2012: p.27).

 

La reconstrucción del mercado interno.

El nuevo presidente debía afrontar la herencia negativa: la precarización laboral, la desocupación, la elevada indigencia y la pobreza provocadas por las reformas neoliberales aplicadas en la década pasada. Por ello, se puso en marcha la pronta recuperación del Estado como garante de los derechos sociales, de una redistribución cabal de la riqueza, favorecer la inversión pública, asegurar el pleno empleo. La tarea emprendida desde 2003 se dirigió en lo fundamental a integrar a los 20 millones de excluidos, lo cual es muy difícil. La tarea comenzó con una política de crecimiento económico, que llevó a que el PBI creciera a cerca del 9% anual durante 7 años, a que la inversión se elevara del 12 al 24%, a que la desocupación bajara del 22% al 7,4% a que la pobreza descendiera del 46% al 25%. Con ello, 5 millones de personas consiguieron empleo, el trabajo “en negro” descendió del 49,7% de la población económicamente activa en 2003 al 34,6% en 2010; y entre 2003 y 2009, la remuneración media real de los asalariados registrados creció 56%. (Calcagno y Calcagno, 2012: p.17)

El gobierno de Néstor Kirchner otorgó un rol activo al Estado fomentando la inversión pública para incentivar la economía, el desarrollo productivo y en la implementación de políticas sociales cuyo objetivo fue incluir a la clase trabajadora y a los sectores mas desfavorecidos que padecieron las consecuencias negativas de las reformas neoliberales de la década anterior. Las políticas económicas inclusivas le permitieron conquistar el apoyo de la clase media, de los trabajadores informales, desempleados, pequeños y medianos productores que fueron conformando su base de poder.

El primer logró de su presidencia fue el pago de la deuda externa a los organismos financieros internacionales, el  Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) lo cual significó cierta autonomía de las recetas que dichos organismos imponen a los países deudores.

Re­cordemos que los primeros gestos de Kirchner contribuyeron a reconfigu­rar el campo político desde la esfera institucional: los cambios positivos en la Corte Suprema de Justicia, la asun­ción de la política de derechos huma­nos como política de Estado, la reivin­dicación de una cierta autonomía de la política respecto de la economía, en el marco del default y, por último, la opción por una política económi­ca heterodoxa, signaron sus prime­ros pasos. (Svampa, 2011: p.23)

El liderazgo político de Néstor Kirchner comparte ciertas similitudes con el liderazgo neodecisionista del ex presidente Carlos Menem que se caracterizó por un liderazgo personalista que abuso de la emisión de los decretos de necesidad y urgencia con el objetivo de imponer la agenda neoliberal sin requerir del acuerdo con los partidos opositores que constituyen el Poder Legislativo. Carlos Menem utilizó los decretos de necesidad y urgencia para la reducción del gasto público, permitir la flexibilización laboral, restringir las funciones del Estado, fijar las privatizaciones de las empresas estatales, entre otras medidas. La prueba principal de la convicción con que se encaró el programa de privatizaciones fue una decisión que implicó una ruptura radical con las prácticas del peronismo durante más de cuarenta años: así se anunció que dicho programa abarcaría las grandes empresas de servicios públicos, muchas de ellas creadas o nacionalizadas durante el primer peronismo de 1946-1955. Se abrieron licitaciones de dos de ellas, ENTEL (Empresa Nacional de Telecomunicaciones) y Aerolíneas Argentinas. (Cavarozzi y Landi, año: 1995 p.59)

El 21 de marzo del 2006, el presidente Néstor Kirchner se encargó de crear a partir de un decreto, la empresa estatal Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA), la cual fue ratificada por el Congreso Nacional para constituirse en ley.

Durante el gobierno de Néstor Kirchner, la acción estatal pone límites al abuso privado en sectores estratégicos de la producción de bienes y servicios masivos, acompañando con políticas económicas que incentivan el desarrollo del mercado interno. En este marco podemos destacar la creación en el año 2004 de la empresa Enarsa-Energía Argentina S.A.- dedicada a la exploración, explotación, destilación y venta de petróleo y sus productos derivados, así como la comercialización de gas natural y electricidad. La titularidad de la empresa está repartida en un 53% perteneciente al Estado Nacional, un 12% en manos de las provincias y el resto a comerciarse en la bolsa de comercio. Enarsa cuenta entre sus activos el monopolio legal sobre de la exploración y explotación de la plataforma submarina del Mar Argentino. (Baldioli y Leiras, 2012: pag.255) También el fortalecimiento del Estado se llevo a cabo con las empresas que se fueron estatizando  a partir del incumplimiento de las condiciones por los privados como Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), el Correo Argentino, Aerolíneas Argentinas.

Desde la concepción de Menem, el enemigo era asociado a un pasado representado, por un lado, por la hiperinflación del ’89, que disolvió los lazos sociales y llevó al caos de los saqueos y al desorden y la ingobernabilidad política y social. A su vez, era vinculado a un pasado asociado al primer gobierno peronista, que ya debía ser superado por la “evolución” de la Historia y la actualización consecuente de las banderas históricas del peronismo (Fair, 2012: p.111) Ambos líderes personalistas apelaron a la confrontación con un cierto enemigo, que no necesariamente es un partido político puede abarcar desde la crisis política e institucional, la crisis económica, la pobreza, las movilizaciones sociales, entre otras. En el caso de Néstor Kirchner, el enemigo correspondía a los años noventa y en su discurso de asunción como presidente lo manifestaba:

En la década de los noventa, la exigencia sumó la necesidad de la obtención de avances en materia económica, en particular en materia de control de la inflación. La medida del éxito de esa política la daban las ganancias de los grupos más concentrados de la economía, la ausencia de corridas bursátiles y la magnitud de las inversiones especulativas, sin que importaran la consolidación de la pobreza y la condena a millones de argentinos a la exclusión social, la fragmentación nacional y el enorme e interminable endeudamiento externo.[3]

Desde la perspectiva de Néstor Kirchner, se debía recuperar el rol del Estado para mejorar el crecimiento del mercado interno y los niveles de empleo, reducir los índices de pobreza, fomentar la inclusión social y la recuperación de los salarios de algunos sectores. Estas medidas le permitieron consolidar su liderazgo en el poder y asegurar la continuidad del proyecto.

A las medidas económicas establecidas se le agrega la política de Derechos Humanos. Néstor Kirchner impulsó ciertas reivindicaciones democráticas como la creación del Museo de la Memoria, descolgar los cuadros de los militares, la reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad de la última dictadura militar, la abolición de las leyes de Obediencia debida y Punto Final, que habían clausurado la posibilidad del juzgamiento a los responsables del terrorismo de Estado de la dictadura de 1976, para así dar inicio a los nuevos juicios. Las iniciativas relacionadas con las críticas a la pasada dictadura genocida pesaron en el vuelco a favor de Kirchner de las simpatías de muchas personas que se definían como progresistas (…) (Sidicaro, 2011: p.89)

La similitud que más se destaca de la presidencia de Néstor Kirchner en comparación al gobierno del ex presidente Carlos Menem, es la concentración del poder en la figura del presidente, lo cual ocasiona la atenuación del poder legislativo y no se logra un equilibrio de poderes. Se trata de un liderazgo personalizado que hace un uso excesivo de sus atribuciones y sin importar que cuente con una mayoría legislativa bajo circunstancias que no son de emergencia como modificar el nombre del Ministro de Salud o cambiar la fecha de un feriado nacional. En total aprobó 176 decretos de necesidad y urgencia desde el año 2003 hasta abril del 2006. El uso excesivo e injustificado de las atribuciones del presidente provoca el debilitamiento de los procesamientos deliberativos característicos de la democracia representativa.

 

El mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

El 28 de octubre del 2007 se celebran las elecciones presidenciales en las mismas la fórmula de Cristina Fernández de Kirchner y Julio Cobos por el Frente para la Victoria obtiene el 44,2% de los sufragios y logran imponerse victoriosos en primera vuelta. La gran aceptación en la opinión pública de la gestión gubernamental fue, por cierto, un factor importante. Los apoyos de los dirigentes peronistas provinciales aportaron también una porción significativa de votos. (Sidicaro, 2011:p.90)

El primer año de gestión tuvo sus desavenencias con el sector agropecuario que posee un rol dominante en la economía argentina. Debido a la medida económica impulsada el 11 de marzo del 2008, por el ministro de Economía y Producción Marín Lousteau, que consistía en un nuevo sistema de retenciones móviles a la exportación de cuatro productos: soja, trigo, maíz y girasol por un periodo de cuatro años. En un contexto en el cual los precios elevados de los productos agroalimentarios en el mercado externo favorecían las tasas altas de rentabilidad para los empresarios del agro. Por esta medida estallaron las protestas de los productores agropecuarios orquestando lock outs, cortando y bloqueando las rutas y convocando a un paro.

Las repercusiones de la medida no tardaron en manifestarse dado que al día siguiente, las entidades agropecuarias  Confederación Intercooperaiva Agropecuaria Limitada (Coninagro), Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria  Argentina (FAA) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) unificaron sus esfuerzos a partir de la constitución de la denominada  “Mesa de Enlace” e iniciaron un paro de 48 horas exigiéndole al gobierno nacional dejar el sistema de retenciones móviles, como fiscalías y recaudatorio. (Baldioli y Leiras, 2012: p.259)

La “Mesa de Enlace” rechazaba la Resolución 125 del ministro de economía y producción. El enfrentamiento entre el gobierno y los actores económicos del sector rural se profundizó cuando el 25 de marzo los productores del agro optaron por convocar a un paro por tiempo indeterminado. El paro tuvo sus repercusiones en la falta de alimentos de primera necesidad en las ciudades y perjudicó al comercio interno como al externo. Es importante destacar el rol de los medios de comunicación que televisaban las protestas y los cortes de rutas a favor del rechazo a las retenciones por parte de los productores agropecuarios y en oposición al gobierno. Los medios del Grupo Clarín se prestaron para ser la voz de los sectores rurales apoyados por amplios sectores de la clase media urbana y rural. El kirchnerismo interpretó que la reacción social en su contra era impulsada y estimulada a través de la tergiversación de la información fogueada por los medios de comunicación del Grupo motivados por sus propios intereses empresarios en el sector agropecuario.

Desde el comienzo de la protesta, algunos dirigentes peronistas provinciales expresaron de modo más o menos público el rechazo al aumento de los impuestos a las exportaciones agrarias (en especial concentrados en la soja), mientras que algunos sectores justicialistas y de izquierda daban su adhesión a los reclamos de la Federación Agraria Argentina, la entidad que históricamente había expresado a los pequeños propietarios del campo. El gobierno, por su parte,  activó el viejo clivaje ≤pueblo versus oligarquía≥. (Sidicaro, 2011: p.91)

El 19 de junio Cristina Fernández de Kirchner decide enviar el proyecto de ley acerca de las retenciones al  Congreso de la Nación para que sea el Poder Legislativo que resuelva el conflicto. Es importante aclarar que la presidenta no apeló a los decretos de necesidad y urgencia en la toma de decisiones políticas. El 17 de julio no sólo el vicepresidente Julio Cobos rechazó el proyecto de ley, incluso los diputados y senadores oficialistas, lo cual reflejaba la crisis interna en el propio partido peronista, como consecuencia de las tensiones que generó el conflicto agrario entre los gobernadores peronistas y el gobierno nacional. En conclusión, el conflicto rural perjudicó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, por un lado, en la crisis interna que atravesaba al partido justicialista que reducía su apoyo al kirchnerismo y, por otro lado, las repercusiones negativas en la opinión pública. Esto se vio reflejado en las elecciones legislativas del año 2009, en las cuales el kirchnerismo perdió la mayoría legislativa y se impuso la coalición de la oposición, Acuerdo Cívico y Social.

Sin embargo, la misma situación de desarticulación del campo popular que había beneficiado a los promotores del kirchnerismo primero y los perjudicó luego, jugó en contra de quienes desde la oposición trataron de proponerse como alternativa política. El alto grado de desorganización      de los partidos políticos y las consecuentes pujas personalistas entre sus dirigentes obstaculizaron en lo inmediato la acción mancomunada de los opositores.(Sidicaro, 2011: p.92)

El enfrentamiento entre el sector agropecuario y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner estuvo marcado por la confrontación, el conflicto y las acusaciones directas  del Poder Ejecutivo Nacional contra la “oligarquía agropecuaria” que sólo defendía los intereses de los sectores concentrados de la economía, los propietarios de la renta y los industriales. Es característico de los nuevos gobiernos populistas  poner en práctica un agresivo nacionalismo y en la confrontación con aquellos sectores económicos o políticos que no respaldan sus reivindicaciones y atentan contra ellas. La dinámica virulenta que adquirió el conflicto económico hizo que este adoptara claras dimensiones políti­cas: tanto la respuesta inflexible del gobierno (llamándolos «piquetes de la abundancia») como la rápida reac­ción de sectores de la clase media por­teña, que salieron a la calle a apoyar a los sectores agrarios, cuestionando el estilo político autoritario del gobier­no, sirvieron para reactualizar vie­jos esquemas de carácter binario, que atraviesan la historia argentina y han anclado fuertemente en la tradición nacional-popular: civilización o bar­barie; peronismo o antiperonismo; pueblo y antipueblo. (Svampa, 2011: p.27)

El conflicto, para ser aceptado como legítimo, debe adoptar una forma que no destruya la asociación política. Esto significa que debe existir algún tipo de vínculo común entre las partes en conflicto, de manera que no traten a sus oponentes como enemigos a ser erradicados, percibiendo sus demandas como ilegítimas- que es precisamente lo que ocurre con la relación antagónica amigo/enemigo- . Sin embargo, los oponentes no pueden ser considerados estrictamente como competidores cuyos intereses pueden tratarse mediante la negociación, porque en ese caso el elemento antagónico simplemente habría sido eliminado. (Mouffe, 2009: p. 26 y 27). El liderazgo personalista de Cristina Kirchner construía un campo político enfrentado con ninguna intención de entablar una negociación con los sectores financieros y económicos dominantes del sector agropecuario. Además, la relación con el Vicepresidente, Julio Cobos que había rechazado el proyecto de ley lo cual fue percibida como una traición desde los dirigentes  kirchneristas.

Las reivindicaciones políticas y sociales.

El gobierno de Cristina Fernández continuó con la implementación de políticas sociales inclusivas destinadas a los sectores más vulnerables de la sociedad. El 28 de octubre del 2009, la presidenta a partir del decreto 1602/09 creó la Asignación universal por hijo, se basa en una transferencia que el Estado otorga a los padres que están desocupados o trabajan en condiciones informales y reciben un salario mínimo, reciben una asignación  por cada hijo de entre 12 semanas de gestación y los 18 años.

En el área social, se atacó el núcleo duro de la pobreza, que se había mantenido a pesar de que hubo 5 millones de nuevos empleos desde 2003 y que se recuperaron los salarios. Ahora, las asignaciones familiares a todos los hijos de desocupados y trabajadores “en negro” suprimirán la indigencia y reducirán de modo sustancial la pobreza. (Calcagno y Calcagno, 2012: p.253) 

 El 15 de julio del 2010 se llevo a cabo la aprobación del matrimonio igualitario que consistió en romper con férreos tabúes en la sociedad. Siendo la Argentina el primer país en América Latina en reconocer el matrimonio entre personas del mismo género.  

En los medios culturales provinciales más apegados a las tradiciones católicas se expresaron descontentos ante esa innovación en materia de derecho de familia, y esas reacciones adversas recibieron el apoyo de algunos gobernadores justicialistas y de parte de los legisladores nacionales a ellos vinculados. El caso más notorio fue el de José Gioja, gobernador de la provincia de San Juan, que a pesar de estar alineado con el kirchnerismo no solo manifestó u desacuerdo público con la mencionada reforma, sino que, además, contribuyó a la realización de las movilizaciones organizadas por sectores religiosos contra la ley.(Sidicaro, 2011; p.89).

El 14 de diciembre, a través del decreto de necesidad y urgencia 2010/1009 la presidenta creó el Fondo del Bicentenario para  confirmar el pago de los intereses de la deuda externa. Para lo cual, se debía recurrir a fondos de baja tasa de interés para así no reducir el gasto público, el empleo, la asistencia social ni afectar el crecimiento económico.

El sentido del Fondo del Bicentenario es dar a los acreedores la señal de que Argentina quiere y puede pagar, para reducir el “riesgo país” y de ese modo facilitar y abaratar el acceso al crédito (…) El Fondo del Bicentenario también apunta a ahorrar cuantiosos intereses que de otro modo debería pagar el Estado; y a reducir la demanda pública en el mercado de financiamiento, que de otro modo encarecería el crédito tanto para el sector público como para el privado. Esto ampliaría el margen de maniobra del sector público, que podrá ser usado para continuar la recomposición de las infraestructuras físicas y sociales. (Calcano y Calcano ,2012: p.200)

El decreto del Fondo del Bicentenario desató polémicas en las voces de la oposición que desde el Congreso Nacional e inclusive el Poder Judicial exigían paralizar la medida. A lo cual se sumó el repudió del presidente del Banco Central, Martín Redrado, ante el cumplimiento de dicho decreto. Como consecuencia de la reacción de Martín Redrado la presidenta de la Nación optó por emitir el decreto 18/2010, el 7 de enero del 2010 para removerlo por no ejecutar el decreto y expulsarlo como presidente del Banco Central. Al final Martín Redrado presenta su renuncia el 29 de enero del 2010 como presidente del Banco Central.

El 3 de febrero de 2010 fue confirmada la destitución de Redrado por una comisión bicameral del Congreso y asumió en su lugar Mercedes Marcó del Pont. Finalmente, la presidente derogó el decreto de creación del Fondo del Bicentenario, que fue luego declarado nulo por el Congreso, y mediante otro DNYU creó otro fondo similar llamado Fondo del Desendeudamiento, anunciando esta decisión en forma sorpresiva durante la inauguración de las últimas sesiones ordinarias del Congreso Nacional 1۫۫ de marzo. (Baldioli y Leiras, 2012: p.273)

Las políticas sociales dirigidas a los sectores más vulnerables de la economía en el territorio argentino por Cristina Fernández de Kirchner, como la asignación universal por hijo le garantizaron el apoyo político de los sectores populares y la clase trabajadora. Bajo su mandato presidencial también se propuso fortalecer el rol del Estado como garante de la aplicación de políticas de redistribución. A diferencia del ex presidente Carlos Menem, que para obtener el apoyo de la clase media y de las clases populares y a su vez, de los sectores empresariales, implementó  el Plan de Convertibilidad como política económica que establecía una relación de paridad entre el peso y el dólar (1 peso = 1 dólar). En este caso, la institucionalización de una moneda de paridad fija mediante un marco legal genera, precisamente, una confianza social que excede la “seguridad jurídica” que demandan los agentes del mercado. (Fair, 2012: p.124).

La ley de medios.

En 2005 el Presidente Néstor Kirchner emitió el decreto 527/05 que estableció la prórroga de las licencias  de TV abierta en manos del Grupo Clarín sin la apertura a nuevos oferentes hasta el 2015. En diciembre de 2007, tres días antes de finalizar su mandato la resolución 257/07de la Secretaría de Comercio del Ministerio de Economía autorizó la fusión de las dos principales operadoras de TV prepagas Multicanal y Cablevisión, el negocio más redituable del Grupo Clarín. Lo que lo convertía en el grupo de medios de comunicación de mayor tamaño de la Republica Argentina.

El 1 de marzo de 2009 en su discurso de Apertura de Sesiones Legislativas en el Congreso de la Nación[4], la presidenta anunció que enviaría un proyecto de ley para modificar la Ley 22.285/80. El 18 de marzo presentó en el teatro Argentino de La Plata la propuesta de un proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) que reemplazaría la Ley de Radiodifusión vigente.

El Grupo Clarín puede ser identificado como uno de los actores no estatales más poderosos  y con mayor protagonismo a lo largo de todo el proceso de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Su nivel de concentración económica y la cantidad de medios en poder del grupo lo convirtieron en el actor con mayor visibilidad ante la opinión pública, dado que era el que contaba con mayor capacidad de movilización de recursos materiales y simbólicos. Los periodistas del grupo se referían a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual  como “la ley de medios K” y de esta manera se hace evidente su posición contraria a la modificación de la norma, que resultaba adversa para su posición dominante en el mercado nacional de medios.

El Poder Ejecutivo Nacional apelaba a la formación de un verdadero consenso en torno a la nueva ley, con la que se cerraba una rémora de la última dictadura cívico militar: “Debemos desconcentrar y democratizar la propiedad de los medios, favoreciendo un federalismo real que fortalezca lo local, con protección de nuestros bienes culturales, y defendiendo a los trabajadores y creadores, abaratando el acceso del ciudadano a la información y otros contenidos, a lo largo y ancho del territorio nacional.”[5]

 

El conflicto fue un parte aguas: en ese marco, el go­bierno logró la adhesión activa de un grupo amplio de intelectuales y aca­démicos de corte progresista, llamado Carta Abierta, que salió en defensa de la institucionalidad y realizó una lec­tura de las movilizaciones agrarias en términos de «conflicto destituyente». . (Svampa, 2011: p.28)

El 27 de agosto el Poder Ejecutivo Nacional envió el proyecto de ley modificado al Congreso. La facultad de iniciativa legislativa es uno de los recursos de los que dispone el Ejecutivo nacional[6] para impulsar las políticas de gobierno.

 

En el proceso de debate se realizaron cinco audiencias en Diputados, la última organizada por los sectores opositores al proyecto, mientras que en el Senado se llevaron a cabo siete reuniones plenarias para debatirlo.

 

El 31 de agosto  la Cámara de Diputados inició el tratamiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El 8 de septiembre comenzaron en el Congreso Nacional las audiencias orales y públicas para debatir el proyecto de ley.

 

En la madrugada del 10 de octubre la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue aprobada en el Senado nacional con 44 votos a favor y 24 en contra. El 21 de octubre en el acto en que se anunció la implementación de la nueva Ley de Servicios de  Comunicación Audiovisual, Cristina Fernández de Kirchner sostuvo:

Quiero agradecerles también a los partidos políticos de la oposición, que mantuvieran, mantienen y mantendrán diferencias con nosotros, pero supimos construir, desde las diferencias, los consensos necesarios para que hoy este instrumento fuera aprobado por mayorías nunca vistas en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores”  haciendo explícito que aquella alianza se había concretado[7].

 

A partir de este posicionamiento del Poder Ejecutivo Nacional, el Grupo Clarín tomó posición y presentó una demanda judicial solicitando la suspensión provisional de algunos artículos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que interpretaban como una restricción para el funcionamiento de sus medios. El Grupo Clarín argumentaba que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual  respetaba sus "derechos adquiridos" y  que violaba la Constitución Argentina.

 

Una vez más, en la confrontación del gobierno de Cristina Kirchner con el Grupo Clarín, se hizo evidente el nacionalismo agresivo establecido por el Poder Ejecutivo Nacional que continuamente atacaba a este medio masivo de comunicación por oponerse a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y los exponía como los adversarios en el campo político. El conflicto y los enfrentamientos entre el gobierno de Cristina Kirchner con los diversos grupos económicos dominantes del territorio argentino provocaron una creciente polarización política que atravesaría todo el periodo de su gestión y sería mas profunda durante su segundo mandato presidencial.

 

Lo que esta en juego en la lucha agonista (…) es la configuración misma de las relaciones de poder en torno a las cuales se estructura una determinada sociedad: es una lucha entre proyectos hegemónicos opuestos que nunca pueden reconciliarse de un modo racional. La dimensión antagónica está siempre presente, es una confrontación real, pero se desarrolla bajo las condiciones reguladas por un conjunto de procedimientos democráticos aceptados por los adversarios. (Mouffe, 2009: p28)

 

Por otro lado, se amplió el arco de alianzas, a partir de la incor­poración explícita de la juventud –que tuvo notoria presencia en las exequias de Kirchner–. Agrupaciones peque­ñas como «La Cámpora» (fundada por Máximo Kirchner, hijo del matrimo­nio presidencial) tuvieron un enorme crecimiento, y otras similares comen zaron a multiplicarse por todo el país, al compás de una doble militancia: tanto desde altos puestos del aparato del Estado como desde las bases, mar­cadas por un activismo virtual antes que territorial, desde blogs, Twitter y otras redes sociales. (Svampa, 2011: p.28 y 29)

 

Sin embargo, los reiterados conflictos con los partidos opositores (incluso líderes opositores como Mauricio Macri o Elisa Carrió), el sector agroproductor, los financistas y los industriales y el gobierno kirchnerista fueron desaprobados por la clase media  porteña como los sectores medios del interior de las provincias. Y comenzaron a abandonar y a oponerse a la figura de Cristina Fernández de Kirchner. La caída de su popularidad generó  la decisión de la presidente para  no postularse para la una eventual reelección  en el 2011 y sería Néstor Kirchner quien se postularía para dicha elección. Aunque su fallecimiento el 27 de octubre del 2010, modificaría el proyecto del kirchnerismo para enfrentar las elecciones presidenciales del siguiente año.

 

Sin épica propia, el deterioro del kirchnerismo se vio revertido al producirse el fallecimiento de Kirchner, que fue sentido por amplios sectores de la opinión pública como un excepcional acto de sacrificio personal realizado en nombre de un ideal político. Los índices de popularidad personal de Cristina Fernández crecieron influidos por esa percepción y, seguramente, en virtud de la evaporación de las dudas sobre quién tomaba las decisiones. (Sidicaro, 2011: p.93).

 

Finalmente, en las elecciones presidenciales del 2011, la fórmula Cristina Fernández de Kirchner y Amado Boudou por el Frente para la Victoria logró el triunfo con el 54,11% de los sufragios.

 

Conclusiones.

 

Considero que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner mantuvo y continúo con las políticas económicas ejecutadas por el Gobierno de Néstor Kirchner. Además, determinados derechos políticos y sociales que no se implementaron y quedaron truncos en el periodo presidencial de Néstor Kirchner, como la aprobación del matrimonio igualitario y la ley de medios, y profundizó las políticas sociales inclusivas, precisamente con la asignación universal por hijo.

 

La expectativa del cambio pareció diluirse de manera casi inmediata, a partir del momento de darse a conocer el gabinete de ministros para el nuevo gobierno. Del los doce integrantes designados, siete ya ocupaban carteras en el gobierno de Néstor Kirchner y sólo cinco de ellos asumieron por primera vez un ministerio. (Baldioli y Leiras, 2012: p. 269). Solamente ingresaron como nuevos ministros los siguientes: Martín Lousteau como ministro de Economía, Florencio Randazzo en el ministerio de Interior, Juan Carlos Tedesco en el ministerio de Educación, Lino Barañao como ministro de Ciencia y Tecnología e Innovación Productiva y como ministra de Salud y Ambiente, Graciela Ocaña.

 

Estos nuevos liderazgos políticos del siglo XXI, se caracterizan por imponer un liderazgo personalista, con un nacionalismo confrontativo que pregona un discurso antineoliberal, que intentan aplicar cambios políticos y sociales poco consensuados y proponen resolver los problemas sociales de manera absoluta y bajo le decisión del presidente. Estos nuevos liderazgos personalistas y populistas por su estilo confrontacional dividen a la sociedad en dos bloques entre los sectores populares y oligárquicos, generando el rechazo de los empresarios nacionales.

 

La ventaja del presidencialismo es que permite la identificación con la figura del presidente, lo cual posibilita el fortalecimiento de la imagen positiva del presidente y, a su vez, ocasiona una polarización de la sociedad. Con respecto al liderazgo de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner conformaron fuertes personalismos en defensa de los intereses del pueblo, y rechazaban a los partidos políticos tradicionales ya que desaprueban las políticas inclusivas y antineoliberales provocando una ruptura con el paradigma neoliberal – neodecisionista de la década del 90 del siglo XX.

 

 

La consolidación de los liderazgos protagónicos y populistas contribuye a profundizar la crisis de los partidos preexistentes, ya que su discurso fomenta el descrédito de éstos, y a menudo sus políticas están dirigidas a socavar los mecanismos de funcionamiento de la representación, erosionando sus bases sociales y recortando su papel en las instituciones políticas.

 

Se puede considerar que estos liderazgos son neodecisionistas ya que se encuentran fuertemente concentrados en la figura presidencial que recurre a sus atribuciones de manera permanente lo que debilita los procesos deliberativos de la democracia representativa.

 

Bibliografía.

 

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Baldioli, Alberto y Leiras, Santiago, “De Néstor C. Kirchner a Cristina Fernández de Kirchner: “¿Un cambio ideológico dentro de la continuidad?”. En Leiras Santiago (compilador), “Democracia y estado de excepción Argentina 1983-2008” (pp.243-276)

Cavarozzi, Marcelo y Landi, Oscar, “Argentina, crisis y postransición. “En América Latina hoy, vol. 12, Universidad de Salamanca, 1995.

 Calagno Eric y  Calcagno Alfredo Eric, “El resurgimiento Argentino.” 2ª ed. Llavallol: Universidad Nacional de Lomas de Zamora, 2012.

Fair Hermán, Capitulo II: El discurso neodecisionista de Carlos Menem: Del caos económico, político y social, a la estabilidad y la recuperación del orden publico 1989-1995). En Leiras Santiago (compilador), “Democracia y estado de excepción Argentina 1983-2008” (pp.87-152) Prometeo Libros. De 2012.

Mouffe, Chantal, “En torno a lo político.” Fondo de Cultura Económico, Buenos Aires, 2009.

Fuentes secundarias:

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En www.martinbecerra.wordpres.com Disponible en  https://martinbecerra.wordpress.com/

Sidicaro, Ricardo, "El partido peronista y los gobiernos kirchneristas", Revista Nueva Sociedad N۬۬ ۫۫ 234, julio-agosto de 2011. En www.nuso.org Disponible en http://nuso.org/media/articles/downloads/3787_1.pdf

Svampa, Maristella, “Argentina una década después”, Revista Nueva Sociedad N۫ 235, septiembre-octubre de 2011. En www.nuso.org. Disponible en http://nuso.org/media/articles/downloads/3794_1.pdf

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[1] Carrera de Ciencia Política (UBA)

[2] El texto completo del discurso presidencial. (domingo 25 de mayo del 2003) La Nación on line.  Recuperado el 15 de junio de 2016, del sitio web: http://www.lanacion.com.ar/498849-el-texto-completo-del-discurso-presidencial

[3] El texto completo del discurso presidencial. (domingo 25 de mayo del 2003). La Nación on line. Recuperado el 15 de junio de 2016, del sitio web: http://www.lanacion.com.ar/498849-el-texto-completo-del-discurso-presidencial

[4] Mensaje de Cristina a la Asamblea Legislativa 2009. Recuperado de  http://www.cfkargentina.com/mensaje-de-cristina-a-la-asamblea-legislatura-2009/ el 14/6/16.

[5] Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Página 5 Recuperado de http://mbecerra.blog.unq.edu.ar/modules/docmanager/view_file.php?curent_file=56&curent_dir=6 el 14/6/16.

[6] Constitución de la Nación Argentina. Capítulo V De la formación y sanción de leyes Art. 77

[7] CFK anuncia la implementación de la nueva ley de medios. Cristina Fernández de Kirchner. Sitio on line.  Recuperado de http://www.cfkargentina.com/cfk-anuncia-la-implementacion-de-la-nueva-ley-de-medios/ el 20/6/16.