Revista Nº20 "ENSAYO"
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RESUMEN

El presente ensayo tratará de analizar el rechazo de la juventud latinoamericana hacia la política, los partidos políticos, a los propios líderes o militantes, a tal punto que gran parte de esa juventud tiene un sentimiento de odio hacia todo lo que tiene que ver con la política.

 

ABSTRACT

This essay will try to analyze the reject that Latin-American youth feels towards politics, political parties, leaders or activists up to the point that many young people end hating anything that has a connection with politics.

 

 

¿Por qué los nuevos electores y particularmente los jóvenes odian la política en América latina?

                                Francisco Roberto García Samaniego**

 

En días pasados me vuelvo a topar con un ensayo titulado  Mujer, sexualidad, Internet y política. Los nuevos electores latinoamericanos de Jaime Duran Barba y Santiago Nieto que parten de sus experiencias en campañas electorales en América Latina por más de treinta años y que nos dan luz para entender el mundo contemporáneo con respecto a las nuevas formas de analizar los diferentes procesos electorales en la región, dado los profundos cambios en la época de la globalización y de las tecnologías de la mano con los medios de comunicación y las redes sociales como puentes entre la sociedad civil, los representantes políticos y el Estado. Y lo releo para dar otra visión de lo que sé de democracia en América Latina y sus problemas actuales.

Así la comprensión del funcionamiento sobre las sociedades latinoamericanas, y su rol en las nuevas coyunturas políticas en la gobernabilidad de los sistemas políticos democráticos de fin del siglo XX y de principios del Siglo XXI sobre el comportamiento político de los nuevos electores es prioridad en sus reflexiones.

En tal sentido, Duran Barba y Santiago Nieto revierten la visión negativa habitual de la situación latinoamericana, porque van sosteniendo a lo largo de su ensayo que nuestras sociedades en las últimas décadas, son más ricas, más educadas, más libres y que sus habitantes (nosotros) tenemos más posibilidades de las que tenían nuestros antepasados, gracias a los procesos de democratización de las sociedades en el continente y la ampliación de la tolerancia y el pluralismo entre partidos y sistemas de partidos.

Expresamente van caracterizando los cambios en virtud del desarrollo de las tecnologías y sobre todo, cómo el nuevo elector se encuentra más informado que en el pasado gracias al auge de la televisión y los programas de opinión, las redes sociales y los grupos académicos en las universidades.

 Pero ello no quiere decir que los medios movilicen al electorado a votar, por tal o cual candidato. Significa que la comunicación política y la propaganda han ido permitiendo nuevas formas de expresiones que no solo se agotan a la hora del voto. Lo vemos como el proceso de civilidad. Así, existen nuevas formas de participación y manifestación para expresar la política en la actualidad dado por una sensibilidad y sutileza que en años posteriores no existía con respecto a los asuntos de la política y lo político entorno a la democracia.

Y en tal sentido por el déficit de la democracia en la región en sus estructuras tradicionales, el nuevo elector se siente fuera de lo político y siente rechazo a los políticos de corte tradicional, lo que da como resultado liderazgos antipolíticos. Es decir, liderazgos que no se construyen dentro de organizaciones partidistas o de tipo ideológico. Son liderazgos construidos en la pantalla chica, lo que para algunos autores son los outsiders de la política. Políticos distanciados de las elites del pasado, y de las maneras de organizar lo político entorno a la resolución de los conflictos sociales desbordándose en la antipolítica. 

En efecto, el rechazo a los políticos de vieja data, para los autores son; “en promedio, las encuestas que se aplican en todo el continente dicen que de ocho de cada diez habitantes de América Latina se sienten frustrados por los actuales liderazgos y rechazan todo lo que tiene que ver con la política”.

Simplemente los jóvenes ven en la actividad política tradicional como un asunto sospechoso que en nada les beneficia para mejorar sus vidas cotidianas, ya que en los actuales momentos y como bien lo expresan en el ensayo, estamos en la época del hedonismo, del consumismo y de la vida más practica y ligera en cuanto a sacrificios públicos. Nuestra época global corre de la mano de la política individual para conseguir dinero fácil.

Este sugerente análisis muy llano de entender y comprender por la capacidad explicativa de los autores, los cuales hacen referencia a escribir para el mundo de la realidad y no para ambientes intelectuales desfasados del mundo de la actualidad de la gente común en la región. O de esa izquierda borbónica y recalcitrante.

Así de forma irónica y muy elocuentemente van construyendo su discurso para componer una pieza magistral para quien desee entender cómo llegar al público en momentos de asesorar a candidatos, o a personas interesadas en el poder político de un Estado. En especial para hacer los diagnósticos de forma correcta, tratando de mejorar las condiciones de vida.

De hecho, “la mayoría de los jóvenes vive actualmente libertades que parecían inverosímiles hace pocas décadas y que son fruto de las luchas por esas reivindicaciones, que estuvieron en la base de movimientos tan importantes  como la revolución de mayo del 68 en Francia, la primavera de Praga, el concierto de Woodstock, el auge del rock y otros movimientos juveniles. Occidente  cambió de manera radical y su transformación arrastró a la Europa del socialismo real”.

Por lo tanto, el asunto gira entorno a los cambios en las formas de representación y participación por los cambios generacionales de los electores en las últimas décadas.

En efecto, los cambios en las formas modernas de la democracia y las consecuencias de dichos procesos de estructuración de las conductas de los nuevos votantes (electores) ha dado como resultado nuevas formas de representación cargadas de video política y cargadas de expresiones que atacan la política tradicional, permitiendo la llegada de movimientos políticos alejados de la forma partido de  hacer y construir la democracia hacia el interés público general.

Ya pensar en ideologías políticas desde el punto de vista de dogmas inamovibles, es totalmente anacrónico.  Y de hecho; “el paradigma con el que se analizaba la política latinoamericana, desde la perspectiva de los intelectuales, los periodistas, los políticos y los cientistas sociales en la región, está herida de muerte”. Nada más atinado para comprender que las verdades políticas del pasado son discutibles dado los profundos cambios y transformaciones políticas luego de la caída del Muro de Berlín y el aumento de los procesos de libertades en el mundo contemporáneo.

Es más, a pesar de todas las evidencias, muchos intelectuales y ciertos políticos de corte neopopulista tipo Hugo Chávez (en su momento) en Venezuela se resisten a aceptar que en Cuba no existe un sistema democrático y que perseguir a disidentes y encarcelados debe ser condenada, aunque el atropello lo cometa un gobierno revolucionario. De paso los neo-revolucionarios distan mucho de ser verdaderamente democráticos y comprender la situación de la realidad de la vida cotidiana en la construcción de las realidades que la pobreza genera en todos los países de Latinoamérica. En tal sentido el socialismo del siglo XXI es una trampa petrodolarizada que camina por América Latina.

No sin razón los autores expresan la mejor condición de vida de los ciudadanos en América latina, pero ello no significa la necesidad de mejorar la gobernabilidad para hacer de los gobiernos más eficaces y más efectivos en cuanto a sus políticas públicas. “Hay mejores condiciones de educación, hospitalaria, vial, comunicativa y tecnológica pero en sus reflexiones desde la caída del Muro de Berlín, la mitología socialista se archivó, y secciones enteras de nuestras bibliotecas, en las que figuraban decenas de tomos de las obras completas de Lenín, Mao y Marx, terminaron en la basura, o se unieron a los textos de Duns Escoto, Francisco Suárez y Santo Thomas en la sección de “consultados por excepción”.

De la crisis de las ideologías y del declive de muchas de las instituciones del Estado tradicional parten en el entendimiento de las transformaciones presente no toleran, los nuevos electores, los neo-fascismo, a veces de izquierda, a veces de derecha, que están condenados al fracaso porque aparecen en una época en la que los ciudadanos con tendencias a su hedonismo más privado y con más libertades, no aceptan discursos trasnochados ni ideas personales de dictaduras, o experimentos socializantes.

Por eso la pregunta que realizan Duran Barba como  Nieto: ¿Por qué los nuevos electores y particularmente los jóvenes odian la política en América latina? Su respuesta es clara. Los nuevos electores y en especial los jóvenes no creen en ideologías políticas desfasadas de la realidad de un mundo más conectado, más informado y sobre todo de un mundo en donde pensamientos únicos no son la respuesta al frenesí moderno. En tal sentido, “si los estudiosos de la política y la democracia quieren tomar contacto con la realidad, es necesario que se produzca una verdadera revolución científica. No solamente ocurre que muchos conceptos que se usaban para analizar la política han quedado obsoletos, sino que hay que reconocer que existe un nuevo elector, en una sociedad en la que ha cambiado todo y la política no puede ser la excepción”.

Simplemente con el auge de la televisión, la Internet, la telefonía móvil entre otros, las redes sociales, en el ideario cognitivo de los nuevos electores y en especial los jóvenes no oyen ideas profundas, se aburren de discursos teorizantes y sobre todo desean vivir más su sexualidad, gracias a la feminización de la sociedad desde la creación de la píldora anticonceptiva y de la entrada de la mujer en el campo laboral. Así los placeres de la vida que antaño eran impensables en nuestras sociedades mucho más conservadoras se liberalizan como el mercado y la política. 

Por lo tanto, “en general, nada existe si no está en la televisión y muchos contactos personales se hacen para ser difundidos de alguna manera por los medios de comunicación masiva. Quien no aprende a usar las nuevas herramientas adecuadamente, está perdido”.  Se despolitiza la política misma.

Además los autores como consultores experimentados ven la importancia de la tecnología enfocada hacia la opinión pública en la comunicación política en los medios de comunicación masiva tienen distinta importancia, según el grado de “ruralidad”  de los votantes. “La televisión, la radio y los periódicos son indispensables para atraer los votos de los electores urbanos. En la zonas rurales hay que estudiar otros elementos: redes de tiendas, lugares de encuentro de los vecinos y docenas de otros medios a través de los cuales los consultores hacemos proselitismo en ese tipo de realidad”. Sin embargo, en las zonas más pobladas y urbanas ahora entra a jugar un rol muy destacado las redes sociales como expresión y comunicación directa de los ciudadanos ante los desmadres de los políticos bufones y tramposos.

De allí, si los partidos políticos en América Latina desean tener éxito en la sociedad actual, deben incorporar elementos frescos de pensamiento y acción en sus agendas políticas desde el punto de vista del mundo de la gente común, y comenzar a entender el nuevo rol de las redes sociales en las participaciones ciudadanas en la opinión pública para canalizar las demandas sociales.

Así, lanzan una crítica certera hacia los intelectuales de vieja guardia cuando expresan; “la idea de que los intelectuales tenemos la razón y que el problema se superará cuando la masa estudie sociología, aprenda a discutir ideologías y programas de gobierno y hable nuestro lenguaje es equivocada. Ella está cada vez más lejos de los libros y nosotros cada vez más lejos de la vida real”...”Los nuevos electores son más independientes y menos manipulables por políticas clientelares burdas, que los votantes de hace cincuenta años”.

De todos los cambios también la familia tiende a pasar a ser mucho más democrática, se fortalece la independencia de pensamiento y el individualismo, porque ya no se piensa en el padre único dador de bienestar ni la mano autoritaria en casa. Pasa lo mismo en el sistema de vida, los ciudadanos buscan líderes menos autoritarios y más tolerantes. Más feminizados, lo que significa la desintegración de la familia tradicional. Todo es político y a la vez todo al mismo tiempo es sexual por el culto a la juventud.

           Si bien es cierto destacan la importancia en la época de la radio a principios del siglo XX para la expansión de los discursos políticos y sobre todo, cómo la aparición de la radio permitió las manifestaciones populistas y autoritarias cuando expresan: “no habría existido un Perón, un Velasco Ibarra, un Haya De La Torre, un Gaitán, sin la posibilidad de impactar con su palabra a través de la radio.”

Pero además agregan que desde luego sin la radio como instrumento comunicativo propagandístico, no habría sido posible un Hitler, que manipuló los sentimientos de masas poco ilustradas de Alemania, que sufrían las humillaciones de los tratados de Versalles, que lo llevaron al triunfo en las urnas y luego lo respaldaron en una de las aventuras “ideológicas” más demenciales de la historia de la humanidad,  en especial del siglo XX.  

De la radio se pasa a la televisión que influye de manera determinante en la forma en que los seres humanos estructuran la realidad, y su importancia radica en que la TV reduce la violencia, porque pone en evidencia los crímenes del mundo. Esta última idea va en contra de aquellos autores  y políticos que hablan de los efectos supuestamente destructivos de los medios de comunicación y la TV dentro de las sociedades.

 En definitiva el asunto gira entorno a que los medios democratizan más las sociedades y los líderes e intelectuales con tendencia autoritarias socialistas no entienden dicho proceso de cambio y aún hablan de guerras mediáticas para destruir la democracia, cuando con más y mejores medios y libertades de expresión, se mejora la democracia. Precisamente allí es donde le temen a los medios de comunicación porque genera mayores debates, da más información y no permiten el engaño de discursos demagógicos. Aunque sí se debe destacar que los medios responden a tendencias económicas específicas y de mercado. Pero en general es muy poco sus efectos a la hora de la toma de decisiones por parte del nuevo elector con respecto a ciertos liderazgos que se agotan en si mismo por su poca eficacia a la hora de gobernar y son los medios los que descubren los errores de muchos de esos políticos mal llamados revolucionarios.

Por su puesto destacan las actitudes de cambio en el comportamiento político a través de los medios porque: “el parroquianismo y las tradiciones tienden a desaparecer cuando el ser humano accede a una información que ha cambiado de cantidad, calidad, velocidad y diversidad. Todos estos elementos han aumentado la autonomía del nuevo elector”.

Lo cierto es que los países liberales conjuntamente con el tipo de economía de libre mercado, derrotaron a los marxistas a fines del siglo XX, gracias a la rebelión de sus propios pueblos que buscaban más comodidad y menos socialismo claramente empobrecedor. Dicho de paso, esa gente no quería vivir en un paraíso de trabajadores, sino simplemente en países en que se trabajara lo menos posible y se diera rienda suelta al placer y al ocio.

Por ello pensar en socialismo de cara al siglo XXI goza de mofa entre quienes comprenden el mundo globalizado, pero a la vez, significa un reto para los políticos en buscar construir una democracia de avanzada de cara al siglo XXI, bajo el capitalismo, más humano y más orientado al bienestar general. Eso de por si, significa todo un reto que está por venir.

En tal sentido cuando se piensa en las nuevas formas modernas de la democracia los autores ponen el dedo en la llaga con una pregunta clave para los líderes pseudos revolucionarios y socialistas tipo Fidel Castro, Hugo Chávez (+), Evo Morales, Rafael Correa. Cuando se plantean: “¿es democrático imponer un sistema de gobierno que contradice la cultura y las creencias de un pueblo que no lo quiere?”. Simplemente sus explicaciones para esta inquietud va en la agonía de la política del experimento socialista que fue “una aventura intelectual que más muertos a costado en la historia de la humanidad, pero esto es difícil de aceptar para muchos de los intelectuales y analistas políticos actuales, de la mediana y tercera edad, que se formaron en el viejo esquema, defendieron sinceramente esas tesis y tratan de interpretar la política contemporánea con el mismo esquema reciclado bajo el membrete de grupos que defienden las tesis ecologistas, feministas, de derechos civiles, que en otros tiempos rechazan por decadentes”…”Los restos que quedan del socialismo, son escombros de un naufragio que ya no levanta adhesiones”.

Sus reflexiones contradicen claramente el discurso derrotado sobre América Latina y exponen de manera contundente que las condiciones han mejorado y no aceptan discursos sobre el total fracaso de la democracia, porque precisamente esos discursos derroteros han permitido la destrucción de los partidos políticos y ha permitido esas voces en la cual aclaman “que se vayan todos”. Siendo ello lo que da píe a movimientos anti-sistemas y a lideres antipolíticos outsider de la política que terminan haciéndole más daño a la democracia que mejorando las instituciones del Estado de Derecho. 

De hecho el discurso derrotero en ciertos países han puesto al frente a gobiernos mediocres, sin idea adónde ir y qué hacer para evitar que crezca la pobreza. En sí, la pobreza tiene que ver, en definitiva, con el anhelo de tener lo que no se tiene. Porque el consumismo es la regla del nuevo elector.

Por ello “algunos políticos tramposos saben que los plebiscitos son un magnifico instrumento de manipulación y tratan de usarlos para llevar adelante su proyecto autoritario”.

De estos políticos mediocres antipolíticos por lo general son, como lo analizan, más “antiestadunidenses   que los jóvenes y en muchos casos conservan su adhesión a Cuba y les gusta Chávez. Suelen apoyar al régimen de los Ayatolas en Irán, sin saber una palabra de lo que eso significa. El sentimiento antiimperialista y sus criticas a la democracia burguesa los alimenta para buscar una alternativa al sistema democrático existente”. Por lo tanto, las viejas elites quieren implantar algún tipo de dictadura, marxista o fascistoide, y los nuevos electores quieren una sociedad que interfiera lo menos posible con su libertad individual”. Precisamente de esa ceguera terca de muchos políticos e intelectuales “bobos” la democracia representativa en América Latina agoniza. Y el caso palpable del socialismo del siglo XXI en la revolución Bolivariana en Venezuela es el mejor ejemplo de desgobernar y acabar con una nación.

Francamente del discurso antipolítico “son varios los candidatos que han tenido éxito enfrentando a los partidos. Chávez en Venezuela, Bucaram, Gutiérrez, y Rafael Correa  en Ecuador, Fujimori y Toledo en Perú, Mockus en Bogotá, Uribe en toda Colombia, Belmont en Lima, Palenque en la Paz, Mauricio Macri en Buenos Aires, y una larga lista de outsiders exitosos, han ganado gracias a estos desencuentros entre la política tradicional y los nuevos electores”.

Pero de la crisis de valores democráticos en los partidos tradicionales los electores demandan nuevos programas de gobierno cónsonos con la época. Sin embargo las aguas de ideologías trasnochadas siguen en la mente de algunos líderes e intelectuales en la región que no entienden que en la sociedad totalitaria, la muerte ha estado permanentemente en el centro del escenario del poder. 

Pero lo más destacado para comprender las reflexiones de Duran Barba y Santiago Nieto son preguntas que al final del ensayo nos exponen sobre una nueva visión de las campañas electorales para ser exitosos a la hora de asesorar y comprender las realidades de la gente común.

 En sí, se preguntan: “¿Por qué votan los nuevos electores? ¿Cuál es el mundo en el que habitan? ¿Cómo ven desde ese mundo a la política en general y a nuestro candidato en particular? ¿Cuáles son mecanismos que nos permiten llegar con nuestro mensaje para que se muevan en la dirección que buscamos? ¿Sirven para algo las canciones, los carteles, los discursos, etc.? ¿Qué hacer para consolidar la democracia? ¿Cómo hacer menos grande la brecha que divide a las elites políticas de los nuevos electores? ¿Qué hacer para que nuestro candidato nacido en la época de la cigüeña y sin la televisión, se entiendan con un electorado que vive cada vez más en el hiperespacio?

Eso es parte del desafío vigente para superar el déficit de la democracia dentro de nuestras sociedades segmentadas, porque las campañas electorales de cara al siglo XXI en América Latina, implican más estrategia e investigación dado las disparidades que generan la pobreza y la escasez en muchos países, y en muchas campañas la gente “vota con el hígado”.

Es decir, con resentimiento y ese resentimiento es explotado en los medios de comunicación por políticos interesados en la destrucción de la democracia. Y como la política es pasión, “son muchos los dirigentes que viven de los medios de comunicación y del mundo del espectáculo. Cada día serán más si los políticos formales no aprenden a comunicarse de una manera moderna y a utilizar los medios técnicos contemporáneos. La gente que trabaja en medios, especialmente en la TV, está acostumbrada a relacionarse con el público y compite con ventaja.”

Ese es el desafío al cual nos invitan los autores a superar para hacer mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos en América Latina en defensa de la democracia con visión del siglo XXI. 

 

**FRANCISCO ROBERTO GARCÍA SAMANIEGO.

Politólogo, Magíster. Investigador del Centro de Investigaciones de Política Comparada de la Universidad de Los Andes. Investigador acreditado por Programa de Promoción al Investigador  (PPI - FONACIT) y el Programa de Estimulo al Investigador (PEI-CDCHT -ULA) de Venezuela. Doctorando en la Universidad de Los Andes en el Doctorado de Ciencias Humanas (HUMANIC-ULA). E-mail. franciscogarcia_samaniego@hotmail.com. franciscogs@ula.ve.